Raimundo Fitero
DE REOJO

Canibalismo

Circunstancias inconfesables me dejaron viendo y aburriéndome con “La Sexta noche”. Y en una suerte de canibalismo subliminal, además de esos bosquejos protofascistas de Marhuenda e Inda, apareció Corcuera, el ministro de la patada en la puerta. Creo que hay programas televisivos que son para caníbales, nos gusta comernos a nuestros semejantes, regurgitarlos, y después ver si acaban en el conducto de evacuación correcto o se nos adhieren a otros tejidos adiposos. Yo veo a Corcuera como tertuliano ultra en los canales que mejor le van a su ideología: los de extrema derecha del nacional-catolicismo realimentado. Pero en La Sexta, apareció con esa chulería que le caracteriza, porque estaba seguro de que iban a defender la constitución. Un angelito. Es de suponer que existe una estrategia, un plan, que Ferreras y su equipo distribuyen invitados, para conseguir al final hacer un cuadro completo. Y Corcuera aseguró que acaba de entregar su carnet del PSOE en Portugalete. Me da la risa. ¿Era del PSOE este cafre? Uno lo hacía cercano a Vox. Bueno, así se escribe esta historia interminable del eterno retorno al valle de los caídos ideológicos.

Y de repente ponen a una gallega-catalana, Julia Otero, que es una de las pocas formadoras de opinión, lideresa de audiencias radiofónicas, que tuvo su tiempo televisivo glorioso y la entrevista Iñaki López con la ayuda de Ferrán Monegal y Xavier Sardá, dos viejos rockeros de los medios. Con todas las salvedades que se quieran, eso es otro mundo, algo más sensible, más cercano a una televisión reconfortante. Uno entiende que en cinco horas de programa se deba poner de todo, pero el canibalismo periodístico es malo porque no aclara sino que confunde. Tertulianos del mundo, desuníos. Parecen un sindicato del descrédito y la mentira. Hacen daño.