A.I.
iruñea

Únicamente el relato de los ahogamientos cuadra con el análisis de las lesiones

Aunque la sentencia del TEDH se emite únicamente en función de las heridas de Portu y Sarasola, la Corte estima falsa la versión del Estado y critica al TS por descartar la versión dada por las víctimas.

La huella que dejó el «maltrato inhumano» en los cuerpos de Mattin Sarasola e Igor Portu ha bastado para que el TEDH emita una sentencia histórica para la lucha contra la tortura en Euskal Herria. Los hematomas y huesos rotos han sido prueba suficiente del trato degradante, pero en el juicio se ofreció otra prueba mucho más detallada de lo sucedido: el propio testimonio de los detenidos, donde describen otras vejaciones que no dejaron marcas.

Portu indicó que, tras la detención, le llevaron a un río y que le sumergieron la cabeza bajo el agua «hasta que no podía más». Mientras, le decían que le harían lo mismo que a Mikel Zabalza (apareció ahogado en el Bidasoa en 1985 tras ser detenido por la Guardia Civil). En ese paraje permanecieron unos 20 minutos. A Sarasola no le practicaron el ahogamiento, pero le pusieron una pistola en la sien.

En realidad, ambos relatan golpes desde el momento de la detención. Con dos escenarios particularmente virulentos: la pista cercana al río y el propio cuartel de Intxaurrondo. La similitud de sus relatos tiene una enorme relevancia en tanto que permanecieron separados desde su arresto.

El maltrato para Portu acabó cuando fue trasladado de Intxaurrondo hasta su vivienda en Lesaka, puesto que de ahí fue llevado ya al hospital debido al enfisema en el pulmón. Pero Sarasola señaló que su pesadilla se prologó durante toda la incomunicación.

Aunque perdió «la cronología de lo ocurrido», Sarasola afirmó que le ahogaron con «la bolsa» y que llegó a perder el conocimiento un par de veces. También señaló que le obligaron a realizar ejercicio físico con esa bolsa cubriéndole la cabeza. Esto le provocó ataques de ansiedad y asma. Afirmó que llegó a rasgar esa bolsa con los dientes para recobrar algo de aire, pero cuando lo conseguía, sus torturadores le ponían en las manos un paquete entero de bolsas para hacerle ver que su esfuerzo era inútil.

También relató múltiples amenazas contra él y sus familiares. «Está en tus manos que no toquemos a tu familia», recordó que le decían. Le aseguraban también que le ahogarían en la bañera y que le colocarían electrodos. Al final, no lo hicieron.

El TEDH censura la forma en la que el Supremo descarta este relato sin argumento alguno para exonerar a los guardias. Con todo, los tres jueces discrepantes recuerdan en su argumentación que «los médicos forenses han concluido que las lesiones eran compatibles con la versión de los hechos de los denunciantes y no con la de la Guardia Civil».

 

Cronología

6 enero 2008

El GAR detiene a Portu y Sarasola en Arrasate. Empieza la incomunicación.

7 enero 2008

Portu es ingresado de madrugada en Urgencias con un pulmón perforado. Ya por la noche, el ministro del Interior, Alfredo Pérez-Rubalcaba sale en defensa de la Guardia Civil.

25 octubre 2010

Empieza el juicio en Donostia. La Fiscalía de Gipuzkoa pide cárcel para cuatro guardias civiles por torturas e imputa lesiones a otros seis. La acusación particular pide 17 años para 15 agentes por torturas.

30 diciembre 2010

La Audiencia de Gipuzkoa condena a los cuatro agentes señalados por el fiscal, Jaime Goyena, por torturas. La pena más alta es de cuatro años, otro agente es condenado a dos y medio, y los dos restantes, a dos años.

10 marzo 2011

Tras recurrirse la sentencia en Casación, el fiscal jefe del Supremo pide rebajar las penas a los cuatro condenados de tal modo que ya no deban entrar en la cárcel.

15 noviembre 2011

La sentencia del Tribunal Supremo niega las torturas. Para ello, desacredita a peritos y sostiene que ser miembro de ETA es suficiente para que el testimonio de torturas no tenga crédito.

13 febrero 2018

El TEDH condena al Estado español y certifica el «maltrato inhumano» durante la incomunicación.