Raimundo Fitero
DE REOJO

Yayas

Hoy somos todos yayos y yayas o Blasillos, depende del lugar del humor desde el que se quiera mirar. La manifestación de pensionistas y jubiladas en Bilbo ha marcado un camino y ha sembrado las dudas en la clase política tan desclasada. Sincronizados los nueve millones de pensionistas, son una fuerza electoral y social de primera magnitud. Así se está empezando a percibir en algunos lugares, y van a ser la baza electoral, real o forzada, de las próximas elecciones que cada vez parecen más inminentes. Apoyo incondicional. Y una advertencia: van muy en serio.

El día que se producían esas maravillosas movilizaciones de los que forman según las estadísticas por edades el granero de votos de la banda de M. Rajoy, un ilustre jubilado, además de todo lo que hoy glosaremos, luchador para que se pueda cobrar la pensión y seguir teniendo actividad intelectual o artística fallecía, en silencio, con una última viñeta entregada a su periódico, Antonio Fraguas, Forges, el humorista gráfico por excelencia, el cronista de la transición, el que con su mundo propio de muñecos y frases fue construyendo en el imaginario colectivo una manera especial de entender la vida y de comprender a una sociedad contradictoria con ansias de libertad y democracia amenazadas por los de siempre. Sea uno de la tendencia política que sea, siempre ha tenido un chiste de Forges como referencia. Parece que dibujó más de cien mil viñetas. Pero yo lo recuerdo por un disco fantástico con Aute con canciones disparatadas y de una sutileza irónica desbordante, por sus apariciones en televisión de blanco y negro, cuando todavía era un trabajador de TVE pero ya destacaba con su agudeza visual, por su olfato para sintetizar el pensar y el decir de la calle, pues fue quien hizo de uso común, “bocata” y alguna palabra más y por su coherencia.