Aunque no le servirá para meterse en el play-off por el ascenso, el Aviron de Baiona firmó una gran remontada ante Colomiers en su último partido de la temporada en el Jean Dauguer. Los labortanos perdían 3-10 al descanso tras encajar un ensayo de Randall Kamea, pero en la segunda mitad fueron capaces de dar la vuelta al marcador con marcas de Iguiniz, Davis y uno de castigo. Kamea, de nuevo, y Bezian daban emoción al choque, pero el 23-22 final sirvió para que los aficionados despidieran al equipo con una sonrisa.

Peor le fueron las cosas al Biarritz en su visita al Massy. Los rojiblancos cayeron por 31-24 en un partido en el que siempre fueron a remolque. Adriu Delai, Sikeli Nabou y Uwanakoro Tawalo firmaron los ensayos biarrotas, mientras que Grimoldby, Sella y Ancely marcaron para los locales. Una derrota que no pone en peligro el billete para las eliminatorias, pero que preocupa en el club labortano ante los nubarrones que se ciñen sobre él.

Biarritz, en la cuerda floja

Y es que, la que podía haber sido una temporada esperanzadora en las filas del Biarritz Olympique, se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza. La huida de los nuevo accionistas de Hong Kong ha dejado las arcas del club vacías, y la entidad busca a contrarreloj 1,5 millones de euros bajo la amenaza de desaparecer, o al menos bajar a categoría federal. Unos problemas que se han traducido en los continuos cambios en la directiva –hasta tres presidentes en lo que llevamos de campaña– y una inestabilidad que amenaza con afectar al rendimiento del equipo.