De Argazki Press a Foku, del «click» al «record»
Fotógrafos que cubrían noticias, retrataban a entrevistados, completaban reportajes. Objetivo: proporcionar imágenes a los periódicos, empresas y particulares que solicitaban los servicios de Argazki Press. Este era el esquema básico de una empresa, una agencia fotográfica, que nació prácticamente con el cambio de milenio, cuando ya se adivinaban cambios fundamentales en el medio periodístico. Aquellas transformaciones, apenas intuidas entonces, son ya una realidad palpable, y Argazki Press ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Y no solo adaptarse, sino subir la apuesta y entrar de lleno en el campo audiovisual, con capacidad para abordar proyectos de envergadura en el campo del vídeo corporativo y comercial, sin olvidar sus orígenes y trabajando por reflejar cada vez mejor la realidad cotidiana de Euskal Herria. Eso sí, para nuevos retos, nuevo nombre: agur Argazki Press, bienvenido Foku.
Una docena de fotógrafos, dos personas en archivo y envío, y un director, Juan Carlos Elorza, tal fue el equipo inicial de Argazki Press (ARP) en 2002. Los fotógrafos se repartían por todo el territorio vasco y su labor era captar cualesquiera hecho noticiable –desde una rueda de prensa hasta una manifestación nacional– que los clientes de la agencia solicitaran. Se rompía así el esquema clásico de fotógrafos incluidos en la plantilla de un periódico para pasar a uno de fotógrafos integrados en una empresa que servía a los periódicos, con la consiguiente optimización de recursos humanos y económicos. Poco a poco, el abanico de clientes, en un principio prácticamente limitado a ‘‘Berria’’ y GARA se fue ampliando; otras publicaciones, ayuntamientos, empresas, partidos políticos, organismos sociales, y personas particulares, fueron encargando trabajos a Argazki Press y la agencia pasó del trote al galope.
Entre los y las profesionales de la cámara que formaron la plantilla inicial de ARP los había con un largo recorrido a sus espaldas y los había más bisoños, pero desde luego todos y todas tenían detrás la suficiente trayectoria como para haber trabajado con cámaras analógicas y revelado sus negativos en el cuarto oscuro. Hubo una fase, no solo en Argazki Press sino en toda la prensa, en que el proceso fue mixto: se revelaban los carretes, pero luego eran escaneados y las imágenes llegaban en formato digital a las pantallas de los redactores. Rápidamente, los avances tecnológicos hicieron que el proceso completo fuera digital, como es hoy en día, si bien con continuos avances en calidad de las imágenes y en los métodos de envío rápido a las redacciones.
Naturalmente, como ocurre en todos los ámbitos productivos, de poco valen los avances en las herramientas tecnológicas si no van parejos con la formación de los profesionales a quienes van destinadas. Si el redactor ha tenido que pasar de la máquina de escribir al ordenador portátil, de la agenda al teléfono inteligente, y de escribir para el periódico del día siguiente a escribir en tiempo real en las redes sociales, no menos grande ha sido el salto para los fotógrafos: de contemplar cómo los equipos de televisión grababan imagen y audio de un evento, a hacerlo ellos mismos. Aunque la imagen fija (fotografía) y la imagen en movimiento (vídeo) son lenguajes con mucho en común, no es menos cierto que exigen distintas habilidades, diferentes formas de abordar el trabajo y de realizarlo.
La clave está en la formación y en el equipamiento, pero sobre todo en la determinación. Todo el personal de ARP, desde sus responsables hasta los hombres y mujeres que hacen información a pie de calle, han asumido el reto audiovisual sin complejos y durante los últimos años se han preparado para dar el salto. O mejor dicho, para realizar la transición, pues no hay que creer que una persona se acuesta fotógrafa y se levanta videógrafa, por arte de magia..
Retos y respuestas
Si desde la dirección de FOKU se han ido preparando poco a poco las estructuras materiales necesarias para el negocio audiovisual, los fotógrafos han ido por su parte adquiriendo las habilidades técnicas correspondientes, y al mismo tiempo se ha ido incorporando al equipo nuevo personal especializado, de forma que se llega en este momento a una empresa audiovisual que puede asumir prácticamente cualquier reto, desde la grabación y difusión de un suceso o evento comercial en forma de fotografía y vídeo, hasta la realización de todo el proceso de preproducción, realización y postproducción de un spot o programa para televisión. No tiene secretos para FOKU el uso de drones, la retransmisión en directo (streaming), los vídeos promocionales o la preparación de un set para televisión.
No sería correcto, con todo, atribuir todo el mérito de esta transformación exitosa a la propia iniciativa. Los factores externos están ahí y los mensajes que recibe de sus receptores-clientes han de ser atendidos por cualquier empresa que pretenda mantenerse y fortalecerse en el mundo de la comunicación. Cada vez es mayor la demanda de vídeos por parte de periódicos y portales de noticias, y lo que hace unos años era excepción es hoy norma. ¿Se imagina alguien Korrika, Kilometroak, una manifestación nacional por los presos o una final del Manomanista, ilustrada únicamente por fotografías en las web de nuestros periódicos? Como lectores-espectadores damos por supuesto que cualquier noticia de entidad contará con su soporte en vídeo; no solo eso, esperamos ver el vídeo en nuestro móvil poco después de haber ocurrido la noticia. .
Pues bien, la vocación de ofrecer una cobertura informativa nacional, de toda Euskal Herria, es seña de identidad de FOKU. Desde las capitales hasta el último pueblo del territorio vasco, pocos metros cuadrados quedarán sin haber conocido la presencia de las cámaras de la agencia. Raro será el evento que no se guarde en sus archivos, sea en forma de fotografías (más de millón y medio hasta el momento) o en vídeo, con miles de grabaciones. Por supuesto, todo ello debidamente fichado y clasificado, de forma que se encuentre disponible en segundos a requerimiento de los clientes.
Lander Iruin es una de las últimas incorporaciones a FOKU, en su calidad de productor. Hoy está trabajando en la preparación de un set para un programa de entrevistas, ocupándose de elegir las cámaras adecuadas y los emplazamientos idóneos para cubrir todos los ángulos del entrevistado, regular la potencia y dirección de las luces, calibrar el sonido, e incluso la decoración del set, en colaboración con Asier Burgaleta y el personal de la empresa contratante, coordinados por Mikel Garaiondo, director de FOKU.
«Sí, la preparación completa de un set es uno de los retos que ya abordamos. El rodaje de un documental o la grabación de un spot exigen un trabajo previo de preparación; hay que tener muchos detalles en cuenta antes de apretar el botón de ‘record’», nos explica.
Tras una mañana entera de trabajo, lo que era un espacio destinado a otros usos ha quedado transformado en estudio temporal de televisión, dispuesto para acoger un programa de entrevistas. Mientras Lander, Asier y Mikel se afanan en estas labores, Andoni Canellada se prepara para cumplir su encargo de esta mañana: un reportaje fotográfico sobre el sector de la construcción. Su vehículo, como el del resto de la plantilla de FOKU, es casi una oficina con ruedas, llena de material que usará o no en función del trabajo concreto a realizar. En este caso bastará con una mochila en la que porta la cámara y su parque de objetivos. Mañana será distinto, pues cambiará la cámara de fotos por la videocámara y captará las imágenes de la manifestación que recorrerá las calles de Iruñea en apoyo a los jóvenes encausados de Altsasu. Es un buen ejemplo de los nuevos tiempos informativos, en los que además de grabar material para realizar un video resumen a última hora de la tarde FOKU ofrece las imágenes en directo, vía conexión streaming entre la cámara de Andoni y la oficina de la agencia. Al mismo tiempo, su compañero Iñigo Uriz capta fotográficamente todos los ángulos de la marcha para que las web de los periódicos y los ejemplares en papel del día siguiente dispongan de material variado para ofrecer a sus lectores. En resumen, un trabajo completo, marca de la casa.