Luz verde a una ley antiinmigración polémica hasta para los macronistas
El proyecto de ley de «Asilo-Inmigración» fue finalmente votado y aprobado en la madrugada del lunes por los diputados franceses tras una semana de duros debates y de viva oposición, incluso en el seno de las propias filas del partido del presidente, Emmanuel Macron.
Tras 61 horas de inflamados debates, la Asamblea Nacional francesa aprobó en primera lectura con 228 votos a favor, 139 en contra y 24 abstenciones el proyecto de ley «por una inmigración controlada, un derecho de asilo efectivo y una integración lograda»
Toda la izquierda, Les Républicains (derecha) y el FN (ultraderecha) votaron en contra, aunque por razones opuestas.
Por primera vez desde su elección en 2017, un diputado del partido de Macron (LREM), el exsocialista Jean-Michel Clément votó en contra y anunció su salida del partido antes las amenazas de expulsión. Otros 14 diputados macronistas se abstuvieron, pocos de un total de 312, pero suficientes para delatar el malestar interno.
De un texto que, pese a que reduce de once a seis meses la instrucción de la petición de asilo «para acelerar la integración», facilita la expulsión inmediata de los que vean sus solicitudes rechazadas y alarga hasta el doble, 90 dias, el plazo de retención de inmigrantes sin papeles. La izquierda denuncia una ley «inhumana» que permite mantener a menores tras los barrotes. Amnesty International pone el acento en el establecimiento del «delito de solidaridad» que castiga a quienes ayuden a los migrantes.
La derecha quiere más
La derecha ha prometido que enmendará profundamente en el Senado el «laxismo» de una ley que a su juicio evoca «regularizaciones masivas». El Gobierno defiende una ley «urgente para limitar una inmigración masiva» a la vez que «garantiza el asilo, sagrado en Francia».