Zhigunov, la potencia avalada por Kiryienka
El bielorruso ha sumado tres victorias y dos segundos puestos en sus últimos cuatro días de competición.
Dmitriy Zhigunov (Rechytsa, Bielorrusia, 1996) logró el domingo su tercera victoria en sus últimos cuatro días de competición al sumar la lograda en la clásica Xavi Tondo a la primera etapa y a la general de la Bizkaia E-3, en la que además fue segundo en las otras dos jornadas.
Llegó al Lizarte en 2016 en su segundo año sub’23 recomendado por el corredor del Sky Vasil Kiryienka. Zhigunov explica a GARA que, además de ser de la misma ciudad bielorrusa de 64.000 habitantes, «comencé con doce años en una escuela de ciclismo y tanto Vasil como yo empezamos con el mismo entrenador desde pequeños y hemos tenido una relación cercana. Somos muy amigos y, como vivió en Pamplona en su etapa en Movistar (2009-12), me recomendó al Lizarte. Hablamos por teléfono mucho y me pregunta cómo voy. Es mi referente».
En una semana ya ha igualado las tres victorias conseguidas en cada una de las dos temporadas anteriores. Comenzó su racha con su dominio en la Bizkaia E3: «En la primera etapa ataqué a falta de veinte kilómetros y me fui con tres corredores y luego arranqué otra vez y eso me hizo ponerme líder y ganar la vuelta. Pero de todas mis victorias la más importante fue la del domingo porque ha sido la de más nivel y prestigio al ser de la Copa España. Iba con la idea de ayudar a Soto, que va líder, y pude ganar ayudando al equipo».
A pesar de la dureza de la carrera, 172 kilómetros, y del traslado desde Tarragona ayer salió a entrenarse cuatro horas. Es trabajador, aunque tiene claro que no en exceso, lo que se ha achacado a los del Este europeo en su juventud: «Soy un ciclista metódico, hago todo a rajatabla, pero mi caso es diferente porque llevo tres años con Josune Murillo, la planificación es buena y no creo que me pase eso».
Aunque la mayoría de sus victorias las consigue al sprint, «no me considero un sprinter puro. Me defiendo en etapas de repechos, de fuerza, de potencia. Los puertos largos se me atragantan, pero en cortos cerca de meta sé sufrir y en grupos reducidos puedo llegar bien».
Lamenta que cuando está en su mejor forma tiene que volver a Bielorrusia tras correr el domingo el Macario al agotarse el visado porque en su país apenas podrá disputar un par de carreras en un mes: «Intentaré mantener la forma y cuando vuelva me gustaría estar bien en Zamora, León, en carreras de un día e intentar seguir ganando. Me molesta irme ahora porque estoy en buena forma y me gustaría quedarme. Mi sueño es pasar a profesionales y creo que con mis resultados, mis características y esta forma física lo podré conseguir». Así como Carapaz ya llegó a Lizarte asumiendo Movistar los gastos, en su caso apunta que no es así. Le gustaría subir al equipo de Unzue, pero por ahora «no ha habido ninguna oferta de ni ningún equipo».
Un txuletón, la mejor recompensa
Zhigunov lleva tres años en Orkoien y destaca que «me he adaptado muy bien. En Bielorrusia hace mucho frío o mucho calor y aquí el clima está mejor. Allí los ciclistas corren más por dinero, mientras que aquí para formarnos y pasar a profesionales. En las carreras de mi país todo es llano y aquí hay más variedad, más ciclistas, afición y más calendario».
Comparte piso con otros corredores del Lizarte como el murciano Rubén Montoya, que destaca que «tras entrenar, comer y descansar a las tardes vamos a Pamplona a ver cosas, jugamos a la consola, echamos partidas... y así es más entretenido». De todo lo que han conocido lo que más le ha gustado a Zhigunov es «el txuletón. No es lo mejor, pero siempre hacemos alguna excepción cuando ganamos». Montoya destaca de su compañero que «cualquier cosa que se necesite se lo dices y lo hace. A pesar de sus resultados no se le sube a la cabeza. Es muy humilde y solo piensa en trabajar y en ganar más carreras». J.I.