No habían pasado unas horas desde el cierre de los colegios en unas elecciones inusualmente tranquilas –y boicoteadas por la mayoría de los electores– en Irak cuando un joven refugiado checheno de 20 años, apellidado Azimov y de nombre Khamzat o Hassan (según París o Grozni) salió armado con un cuchillo por las calles del barrio de la Ópera Garnier, en pleno centro de la capital francesa, y se puso a acuchillar a la gente que disfrutaba de la noche parisina entre teatros, bares y restaurantes.

El joven, que creció en el barrio «checheno» de Elsau en Estrasburgo, y que figuraba desde 2016 en el fichero policial S que agrupa a 10.000 sospechosos de relaciones con el yihadismo, mató a un hombre de 29 años e hirió a otras cuatro personas mientras, según los testigos, entonaba con voz queda y monótona la letanía «Allah akbar».

Interceptado por la Policía veinte minutos después de iniciar su deambular mortífero, el joven, vestido según los testigos con un chandal negro y con una corta barba, retó a un agente a que «o me matas o te mato». Fue abatido de un disparo a la altura del corazón.

La policía francesa asegura que le tenía fichado «porque conocía a un hombre relacionado con otro que fue a Siria».

Miles de chechenos y en general norcaucásicos (hasta 4.000) engrosaron las filas del ISIS, de Al Qaeda-Siria y otros grupos rebeldes de corte salafista tras la definitiva deriva de la guerrilla chechena en una organización yihadista caucásica.

Obediencia al ISIS

En 2015, el califato del norte del Cáucaso juró obediencia al ISIS. El atentado de junio de 2016 contra el aeropuerto de Estambul, y que se saldó con 45 muertos, fue organizado, según la policía turca, por el jefe de guerra checheno Akhmed Tchataiev.

Tampoco el de la noche del sábado es el primer ataque de un joven lobo solitario checheno. Antes de que el ISIS irrumpiera e instaurara su califato, dos jóvenes de origen checheno atentaron en 2013 con bombas contra la maratón de Boston, dejando un saldo de tres muertos y 264 personas heridas.

Tampoco hay que olvidar que Rusia es, desde comienzos de 2000, objetivo de periódicos y sangrientos atentados.

Familia suicida

Escasas horas después, a primera hora de la mañana en Indonesia (primeras horas de la madrugada del domingo en Euskal Herria), eran atacadas tres iglesias cristianas en Surabaya, la capital de Java Oriental.

La Policía dio un balance de 13 personas muertas y medio centenar de heridas, en el más sangriento atentado en Indonesia desde el ataque de octubre de 2005, cuando tres kamikazes mataron a 20 personas en restaurantes de Bali. En 2015, nueve personas murieron en los ataques contra dos hoteles de lujo en Yakarta, capital del país de mayoría musulmana (90%) más poblado del mundo.

Siempre según la Policía, los ataques de ayer fueron perpetrados por una familia que habría regresado de Siria, a donde cientos de indonesios han ido en los últimos años a engrosar las filas del ISIS.

Según su versión, la madre y sus dos niñas de 9 y 12 años hicieron explotar sus cinturones bajo su niqabs en la iglesia Kristen Indonesia Diponegoro. Su marido y padre se estrelló con un coche bomba en la iglesia pentecostalista del centro de Surabaya y sus dos hijos (16-18 años) arremetieron con motos-bomba en la iglesia Santa María.

La abstención masiva es una advertencia a la clase política iraquí

Los iraquíes castigaron a la casta política al no acudir a votar y, en su caso, al hacerlo por las listas antisistema.

Solo votó el 44,5% de los inscritos, la cifra más baja desde las elecciones de 2005 tras la invasión del país y la caída de Saddam.

La lista del primer ministro, Haidar al-Abadi, iba en cabeza pero seguida por la de la Alianza de la Conquista, formada por las milicias chiíes contra el ISIS, y por la coalición sadrista-comunista.

La abstención fue masiva entre la mayoría chií y menor entre las minorías kurda y suní. GARA