REAL 1

ATHLETIC 2

El Athletic pone un pie en semifinales. El gol de Manu Lareo en el último suspiro confirma que la Real no se rinde nunca y que las rojiblancas tendrán que disputar el partido de vueltas como si partiesen de cero, pero es evidente que la etiqueta de favoritas que les acompañaba desde que se conoció el resultado del sorteo se ha reforzado con su victoria en Zubieta.

Un partido diferente al que habían disputado ambos equipos apenas seis días antes, aunque no tanto como le habría gustado a Gonzalo Arconada. Frente a un Athletic que repitió once, el técnico txuriurdin introdujo tres cambios para conformar un equipo, sobre el papel, más conservador. Pero no le sirvió de demasiado. Apenas superado un primer cuarto de hora marcado por las lesiones –en la rodilla Ramajo, en el brazo Yulema–, la zaga local dejó que Vanesa Gimbert, siempre peligrosísima en estas acciones, cabecease sin oposición una falta botada por Erika. A diez minutos del descanso, también entraba al área con facilidad Damaris para rematar un córner con el brazo, aunque el principal error esta vez fue de la colegiada, que debería haber anulado el tanto.

Tras el descanso, Arconada fue metiendo pólvora, mientras Joseba Agirre, con un marcador tan favorable y un calendario que podría llevarle a jugar otros dos partidos en una semana, optó por dar descanso a algunas de las jugadoras con más esfuerzos a sus espaldas. Se notaron los cambios y también la reacción de la Real, dominadora de la segunda parte pero que, ante un rival que dio algún susto a la contra, se acercó a la portería de Ainhoa con más persistencia que claridad. Casi todos sus disparos llegaron desde fuera del área. Y así, precisamente, llegó el gol que le metía de nuevo en la eliminatoria, un zurdazo de Manu Lareo ajustado al palo, a dos minutos del final.