Aritz INTXUSTA

LA CÁRCEL DE IRUÑEA ENTRA EN EL MAPA DEL TRANSPORTE PÚBLICO SEIS AÑOS DESPUÉS

Las personas encarceladas en Iruñea tardan hoy unas dos horas en desplazarse de la prisión hasta la ciudad. A partir de este lunes, la Mancomunidad pone en marcha un proyecto para que un taxi cubra el trayecto a un precio equiparable con el de un bus urbano.

El portón de la cárcel de Iruñea mira a ninguna parte, hacia el Oeste. Los presos salen por él dando la espalda a la ciudad. Solo en bordear el perímetro del centro penitenciario para encaminarse a la urbe tienen medio kilómetro de caminata. La dirección exacta del penal es Colina de Santa Lucía Sin Número. Según el cálculo del navegador, desde esa puerta hasta la primera parada de transporte público, que se encuentra en Berriozar, en la Avenida Gipuzkoa, hay 2,4 kilómetros. Un camino que cruza polígonos industriales y que cuesta más de media hora recorrer a pie. A no ser, claro, que los presos se lancen a atravesar piezas y sembrados para acortar antes de sentarse en la parada de autobús.

Así ha sido siempre o, al menos, desde que llegara el primer preso a esa cárcel cuya construcción acabó en el año 2012. Todo cambiará el próximo lunes, cuando arranca un programa para que el transporte público incorpore a su recorrido una parada junto a las verjas. Se trata de un proyecto piloto, mediante el cual un taxi acudirá a ese lugar a recoger a los presos y los llevará hasta la ciudad. Habrá tres paradas: Avenida de Navarra, Monasterio de la Oliva y la estación de autobuses. Este proyecto piloto incorpora una opción de regreso desde Iruñea directo a la cárcel. En ese caso, el taxi saldrá desde la estación y no parará hasta el portón.

La Mancomunidad de Iruñerria responde así a una demanda histórica de Salhaketa, una organización que trabaja en favor de los derechos de todos los presos. El precio de cada viaje de ida o vuelta en ese taxi será de 0,7 euros, lo mismo que viene a costar un billete ordinario en un bus urbano. La duración del trayecto ronda los 15 minutos. Los horarios están prefijados y se han acompasado a las horas de salida de los presos de Tercer Grado. Habrá seis servicios de ida y vuelta, cuyo horario exacto varía en función del día de la semana. La idea es que se beneficien de este servicio tanto los reos que salen en busca de recuperar su vida social mediante talleres o permisos, como los familiares que acuden a visitar a sus seres queridos.

«Llevamos demandando algo así desde el año 2012», comenta la coordinadora de Salhaketa. «Siendo la cárcel un servicio público, como un hospital o un colegio, necesita tener un transporte público. Más aún cuando hay personas que tienen la obligación de acudir a dicho centro a horas determinadas», continúa Libertad Francés. En la práctica, las dificultades de conexión del penal condicionan enormemente la reinserción. «Para poder regresar a las cinco en punto, pues estas personas no se pueden arriesgar a llegar cinco minutos tarde, los presos que acuden a nuestro piso en Barañain están saliendo a las tres de la tarde. Esas dos horas que les cuesta llegar se comen buena parte del poco tiempo que tienen para disfrutar de la libertad», detalla Francés.

La Mancomunidad ha sido la que ha alcanzado el arreglo que permite este proyecto piloto. Su presidente, Aritz Ayesa (EH Bildu), confiesa que «este era un tema que teníamos pendiente desde que entramos y que por fin hemos encontrado una forma de sacarlo adelante». Ayesa defiende la necesidad de conectar la cárcel y la ciudad. «De momento, hemos llegado a un acuerdo con el Gobierno y la empresa Teletaxi hasta finales de este año y luego veremos la demanda que tiene el servicio», prosigue. La demanda original era ampliar hasta allá una línea de autobús urbano, pero este pacto con los taxis sale una seis veces más barato que colocar una parada más. Hay presupuestados 50.000 euros, que sufraga el Ejecutivo.

La fórmula requerirá que los reos soliciten el servicio desde tres horas antes de que salga el taxi hasta un cuarto de hora. Para ello, se han articulado unos teléfonos de contacto. Francés, que se muestra satisfecha con la iniciativa sin renunciar a que se amplíe a futuro, asegura que su asociación aprovechará el trabajo con los reclusos y difundirá la iniciativa para que cuaje y se consolide.