Ingenuidad
Llamadme ingenuo, pero si en una sentencia de un alto tribunal se dice de un partido político que es una banda organizada para alterar el sistema democrático de igualdad de oportunidades, de limpieza en la concesión de obra pública, de obtener dinero para sus campañas de manera fraudulenta por un sistema establecido de corrupción, se debería aplicar inmediatamente la ley de partidos a esa banda y suspenderlo y meter al talego a sus responsables.
No es imaginable que suceda. “Es la ley, es la ley que no se la salta ni el Papa ni el Rey”, cantaba la coplilla. Aquí la ley, hoy, se ha aplicado, pero siempre quedan demasiadas dudas. Porque si se dice en un considerando que un testigo ha mentido, eso debería implicar ipso facto una acusación, y al señor M. Rajoy no se le ha reprochado judicialmente su nefasta actuación encadenando mentiras gloriosas con retranca gallega en sede judicial y ante las cámaras.
Llamadme ingenuo, pero ¿el PNV no sabía de esta sentencia y por eso se saltó su palabrita del niño cemento y aprobó de manera cómplice con la banda los presupuestos? Si hubiera o hubiese moción de censura, ¿qué haría Aitor el del tractor, para que se mantuviera el jefe de la banda para cumplir con lo prometido en materia de dinero para el TAV?
Un detalle menor: han condenado a la mujer de Luis Bárcenas a quince años. Y esta es la prueba del nueve: Luis el fuerte avisó con prosopopeya que si condenaban a su mujer, llegaría el apocalipsis. Parece que esta serie mafiosa tiene para varias temporadas más. Albert todo por España, como solo ve españoles, no ve corrupción, ni corruptos. Yo veo una sentencia que bloquea de nuevo la vida política, que ayuda a aumentar la insuficiencia democrática. En mi ingenuidad me parece que algo ha pasado y que hay un punto y aparte.