Harry Stürmer
GAURKOA

Muere Dieter Kunzelmann: icono del 68 en Alemania

Después de 78 años de una vida muy movida murió el 9 de mayo Dieter Kunzelmann, uno de los más famosos y creativos activistas del mundo revolucionario y alternativo de Alemania. Empezó su andadura a principios de los años 60, cuando en Múnich formó parte de la “Sozialistische Internationale” (Internacional Situacionista), un grupo de artistas y revolucionarios orientado por un movimiento anarquista de Francia, para luego integrarse en la “Subversive Aktion”.

Ya en 1966 se mudó a Berlín (occidental) donde fundó con Fritz Teufel y otros la Kommune I. Alquilaron un piso grande para vivir y compartir todo 8 adultos y una niña. Partieron de la teoría (y experiencia) de que el modelo de la familia tradicional más la propiedad privada son las bases para el fascismo. Para cambiar la sociedad capitalista, pensaban, era necesario, primero, cambiar uno mismo y dejar atrás el ambiente represivo de la familia y el pensamiento de la pequeña burguesía. A la vez, empezaron a organizar, desde la Kommune, acciones creativas y provocadoras contra el sistema político y el pensamiento establecido.

En 1967, la policía detuvo a Kunzelmann y otros de la Kommune. Un infiltrado de la policía política chivó que estaban planeando un atentado con explosivos contra el vicepresidente de Estados Unidos, Hubert Humphrey. Al analizar las sustancias explosivas encontradas en el piso, la policía científica tuvo que constatar que no eran más que ingredientes para hacer un flan. Los detenidos quedaron en libertad.

El «Puddingattentat» lanzó a la Kommune I a las portadas de los periódicos, igual que la foto de todos y todas las integrantes de la comuna desnudas, con las manos en la pared como si se tratara de una redada de la policía.

Bajo el liderazgo de Kunzelmann, se organizaban casi semanalmente acciones provocadoras contra la justicia, la política y el establishment que, normalmente, eran rechazadas por gran parte de la población aunque aumentaban la fama y la atención mediática hacia la Kommune. Durante un entierro estatal de un famoso gobernante de Berlín llevaron, por ejemplo, un segundo ataúd con la inscripción «Berliner Senat» (senado de Berlín) hacía la tumba donde, de repente, salió Kunzelmann. Y cuando EEUU atacó la población de Vietnam con Napalm, la Kommune I distribuyó su famoso panfleto “Burn, warehouse, burn” llamando a incendiar los grandes almacenes para «facilitar a la población alemana vivir la misma sensación que la gente de Vietnam». A cuenta de esa acción la Asociación de Estudiantes Socialistas (SDS) echó a la Kommune I formalmente de sus estructuras.

Después de un campamento solidario delante de una cárcel en Baviera, Kunzelmann viajó junto con otras personas de la movida primero a Italia y luego a Jordania donde recibieron un pequeño entrenamiento militar, organizado por gente de Al Fatah. A la vuelta, en 1969, fundó con otros un pequeño grupo de guerrilla urbana con el nombre “Tupamaros Westberlin” que, principalmente, organizaron algunos ataques con cócteles molotov contra bancos.

El 9 de noviembre de 1969, aniversario de la noche de los cristales rotos, la policía encontró una bomba delante de una sede judía en Berlín, que no había explotado por un fallo mecánico. Hoy, se sabe que la bomba provenía del infiltrado de la policía, Peter Urbach. Kunzelmann se distanció públicamente de esta acción aunque siempre expresó su solidaridad con el pueblo palestino. «Palestina es para la RFA y Europa lo que es Vietnam para los EEUU», escribió en una carta. Sin embargo, hasta hoy, incluso en los obituarios de la prensa alemana, ponen a Kunzelmann la etiqueta «antisemita» aparte de «provocador» y «payaso político».

En 1970, la policía lo detuvo por lanzar un cóctel molotov contra la villa del redactor jefe de un periódico sensacionalista de derechas. Pasó tres años en encarcelamiento preventivo. Durante esta estancia, se integró en el pequeño partido comunista orientación maoísta, KPD/AO. En 1975 fue candidato del mismo en las elecciones locales. Pero no consiguió bastantes votos para entrar en el Ayuntamiento.

Eso cambió al principio de los años 80 cuando, después de la desastrosa experiencia del otoño de 1977 (el secuestro de Schleyer por la RAF, los muertos de Stammheim, el control total de la prensa y los partidos políticos), se formó un nuevo partido en Alemania, Los Verdes. La rama regional en Berlín se llamó “Alternative Liste” y su candidato, Dieter Kunzelmann, desde 1981 muy activo en el movimiento okupa, fue elegido concejal en 1983 para el Ayuntamiento de Berlín. En los dos años de actividad (la lista alternativa tenía como principio la rotación para que nadie estuviera más de dos años dentro del ambiente parlamentario por el peligro de contagio de los hábitos de los políticos burgueses) brilló por su capacidad de trabajar, la gran cantidad de intervenciones y las acciones antiautoritarias y provocadoras que protagonizó en el consistorio.

Kunzelmann dejó el partido cuando entraron en coalición en el gobierno con los socialdemócratas.

Después de la caída del muro de Berlín, Kunzelmann participó en actividades contra el intento de la Alemania capitalista de aniquilar todos los logros de la Alemania socialista. Cuando en 1993, el entonces alcalde de Berlín, Eberhard Diepgen, puso la primera piedra para el nuevo centro turístico Potsdamer Platz, Kunzelmann echó unos huevos contra la limusina oficial del alcalde. El alcalde lo denunció. Durante el juicio en 1995, Kunzelmann se acercó al alcalde para aplastar otro huevo encima de la cabeza de Diepgen con las palabras «Felices pascuas, tu papá Noël». Le cayó una condena de 11 meses de cárcel.

Kunzelmann no tenía ganas de ingresar de nuevo en la cárcel y desapareció en la clandestinidad, dejándose ver de vez en cuando bajo apariencias diferentes. Finalmente, en 1998, la “Berliner Zeitung” publicó una esquela anunciando la muerte de Kunzelmann. «Él mismo decidió sobre su vida y su muerte», decía la esquela. El mismo año se publicaron sus memorias “Leisten Sie keinen Widerstand” (no oponga resistencia), supuestamente escrito en Islandia. En julio 1999, el día de su cumpleaños, se organizó una gran fiesta en el centro alternativo Mehringhof en la cual un vivo Dieter Kunzelmann se divirtió a lo grande. La mañana siguiente se movió a Berlin-Tegel en transporte público para tocar el timbre de la cárcel. «Quiero entrar», gritó delante de las cámaras de la prensa que había acudido al evento.

Al terminar la condena en 2000, echó de nuevo unos huevos, esta vez contra el muro de la cárcel. Durante los últimos años antes de su muerte vivió tranquilo en un pequeño piso alquilado en Berlin-Kreuzberg.