Julen Latorre (Amurrio, 1998) se proclamó el sábado campeón de Euskadi sub’23 con la mountain bike en XCO tras ser sexto en Urretxu en una prueba ganada por Aitor Hernández por delante de Javier Ruiz de Larrinaga en un circuito muy embarrado.

Es su primera y posiblemente última carrera del año en el terreno que más le gusta porque en su segundo año sub’23 ha apostado 100% por la carretera, con buenos resultados. Ha sido cuarto en Durango, 14º en la Santikutz Klasika, 17º en Bidasoa, 18º en la Bizkaia 3E y 19º en Nafarroa. «No estuve muy adelante en todas las etapas, pero este año estoy siendo regular, aunque me falta rematar».

Latorre explica a GARA que «la semana pasada tenía descanso después de la Vuelta a Navarra y, como me dieron libre el fin de semana, aproveché para competir en mountain bike, que tenía ganas. Llevaba mucho tiempo sin hacerlo, no sabía cómo iba a responder el cuerpo y me vi bastante fuerte».

El alavés reconoce que «siempre me ha gustado más el monte, pero nadie me llamó a pesar de la buena temporada que hice en mi segundo año junior, que gané el Superprestigio Internacional categoría C2, fui segundo en el Open de España y tercero en el campeonato de España en mountain bike. Y en ciclocross fui quinto en el campeonato de España y subcampeón de Euskadi. Pero solo hay un par de equipos profesionales y ninguno vasco que corra el Open de España y es complicado que un conjunto bueno te llame porque las plazas están bastante cerradas. En carretera hay más equipos».

Un debut esperanzador

Así Julen Latorre el año pasado debutó en la categoría sub’23 con el Aiarabike y, tras una lesión que le impidió rendir en mountain bike en los primeros meses, empezó a destacar en sus primeras pruebas en carretera, con un sexto puesto, el 21º en la Vuelta a Nafarroa y el 24º en la Volta a Portugal. Unos resultados que llamaron la atención porque desde cadetes se había centrado en el ciclocross y mountain bike y apenas corría en carretera: «Para ser el primer año me adapté muy rápido».

Le llamaron varios equipos a final de temporada y se decantó por el Eiser Hirumet porque lo dirige Pablo Mas. «Quería buscar un equipo con buen calendario donde estuviera cómodo para la adaptación del mountain bike a la carretera. Era el primer año que me iba a dedicar al 100% a la carretera y quería estar a gusto con Pablo, mi preparador desde cadetes».

Sus próximos objetivos son «el campeonato de Euskadi y, si soy seleccionado, los de España. Después tenemos las Vueltas a Zamora y León y todo el Lehendakari y el Euskaldun. El objetivo siempre es intentar ganar, aunque es muy complicado porque las victorias están muy caras y, si no, estar lo más cerca posible. Ahora parece que vamos para arriba después de un inicio de temporada complicado por las caídas y lesiones».

Latorre también se cayó en Aiztondo y eso le impidió participar en algunas pruebas de la Copa de España en el debut del Eiser en esta competición. Destaca que tiene más riesgo de lesiones la carretera que el mountain bike: «En el monte las caídas no suelen ser peligrosas, pero estoy centrado en la carretera, aunque si me coincide como este fin de semana, que no tenía carrera en ruta, el equipo no me pone pegas. Sirve para cambiar de bici y despejarme».

Entiende que su experiencia en el monte le ayuda en la carretera: «Técnicamente, sobre todo cuando está mojada, se nota. Te da un puntito más. También en las subidas porque en mountain bike compites hora y media a una intensidad muy alta».

El principal problema que suelen tener los corredores que vienen del ciclo cross o del mountain bike es el de rodar en el pelotón, pero Julen Latorre no lo ha padecido porque «en cadetes de primer año cadete corrí bastante en carretera y me he adaptado muy bien».

Fue a partir de su segundo año cadete cuando empezó a centrarse en el ciclocross y en el mountain bike hasta acabar su etapa junior con el Aiarabike, que al sacar un nuevo equipo en la categoría sub’23 le dio la posibilidad de destacar en la ruta.

 

«Seguiré intentando pasar en la ruta»

Julen Latorre comenzó a andar en bicicleta a los siete años por influencia de su hermano Iker, que también competía. Compagina el ciclismo con los estudios en su segundo y último año de un Grado Superior de Asistencia a la Dirección. Solo le quedan las prácticas que hará en una empresa familiar y después decidirá si sigue trabajando o estudiando. Por ahora no piensa centrarse solo en el ciclismo, quiere tener otra opción, aunque persigue el objetivo de intentar ser profesional.

Quiere dar continuidad a la apuesta de este año: «Ya que he apostado por la carretera seguiré intentando pasar en la ruta. Si sale algo, bien. Si no, habrá que replantearse volver al mountain bike. Este invierno ha sido el único en el que he hecho pretemporada especifica. Antes entre monte y carretera eran dos meses de pretemporada y empezaba a competir, eran pretemporadas muy cortas. Este año no he corrido ciclocross todo el invierno y he hecho una buena base».J.I.