Buffon tildó al balón del Mundial de Corea y Japón de «pelota ridícula, con un bote hecho para niños» y Casillas denigró al Jabulani de Sudáfrica –luego le fue bien– al calificarlo de «pelota de playa». No parece que el fabricante oficial de los cueros mundialistas –Adidas– tenga muy en cuenta a los guardametas, porque la polémica va camino de convertirse en un clásico.

Y es que el Telstar 18 parece destinado a continuar la estela de sus antecesores, un esférico al que los porteros ya le han cogido ojeriza a las primeras de cambio. Tras el reciente amistoso entre Alemania y España, dos de las aspirantes al título, sus respectivos cancerberos no tuvieron pelos en la lengua para referirse al nuevo modelo que se estrenará oficialmente pasado mañana.

«Es muy raro», se limitó a decir David de Gea, mientras que su compañero Pepe Reina no se anduvo por las ramas: «Apuesto lo que quieras a que veremos al menos 35 goles lejanos en el Mundial, no hay quien lo descifre». Ter Stegen fue más comedido, pero también lo crítico, al asegurar que «podría ser mejor porque se mueve mucho. No nos va a quedar más remedio que habituarnos a él».

Eso sí, lo que le falta al Telstar 18 de naturalidad en sus movimientos se va a compensar con tecnología. Por primera vez, este balón dispondrá de un chip en su interior que permitirá a quien lo compre, por el módico precio de 150 euros, interactuar mediante un smartphone. Se podrá localizar su ubicación y obtener datos como la velocidad, el recorrido o los ángulos de giro. Paradójicamente, la aplicación no funcionará en los que se utilicen para este Mundial.

«El balón cuenta con una nueva carcasa que conserva lo mejor del Brazuca, el balón oficial del Mundial de 2014, mientras desarrolla nuevas tecnologías para maximizar el rendimiento. Ha sido probado de forma extensa para asegurar que se adapte a las necesidades de los mejores jugadores del mundo», sacan pecho sus diseñadores.

«Impresión metálica»

El Telstar 18 «presenta una ejecución de impresión metálica de forma gráfica» y está diseñado «para proporcionar durabilidad». Semejantes avances no parecen impresionar a Fillol, meta campeón de Argentina 78, sino más bien al contrario. «Mientras la FIFA pueda perjudicar a los porteros con pelotas livianas lo va a hacer», ha sentenciado.