La Fiscalía de la Audiencia Nacional española ha presentado recurso ante la Sala de Apelaciones contra la sentencia del tribunal especial que no consideraba que fueran «terrorismo» los hechos registrados en el bar Koxka de Altsasu el 15 de octubre de 2016.

En la sentencia que se dio a conocer el 1 de junio, la Audiencia Nacional rechazó que la trifulca de bar fuera constitutiva de un delito de «terrorismo», pero condenó a los jóvenes de Altsasu a penas de entre dos y trece años de cárcel por «atentado a agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas». Se consideraba que existía odio hacia la Guardia Civil, por lo que las penas se imponían en su grado máximo. Las defensas anunciaron que recurrirían la sentencia.

Ahora, ha sido la Fiscalía quien ha recurrido el fallo al considerar que las penas no son excesivas, sino que deben incrementarse por tratarse de un caso de «terrorismo».

En la vista, el fiscal José Perals ya defendió esta tesis con contundencia, atribuyendo a todos los encausados connivencia con una supuesta estrategia desarrollada por ETA hace décadas para lograr el objetivo de que la Guardia Civil se marche de Euskal Herria.

Para ello, se basó en el informe de la Guardia Civil que hacía referencia a la Alternativa KAS (impulsada cuando los enjuiciados ni siquiera habían nacido) o un supuesto panfleto de Alde Hemendik incautado en el Gaztetxe de Olatzagutia –del que no consta cuando fue aprehendido en ningún atestado policial ni judicial– para sostener que las actividades de Ospa Mugimendua correspondían a una estrategia desarrollada por ETA hace décadas.

«Antes mataban y ahora construyen carrozas de carnaval, pero la estrategia terrorista es la misma», llegó a señalar Perals en la lectura de su informe en el juicio.

La sentencia rechazó estos argumentos, destacando que no se logró probar que los acusados «tuvieran la clara intención y finalidad de llevar a cabo alguno de los postulados que tuviera la banda terrorista ETA ni que hubieran asumido en aquella época taldes postulados». Además, señala que no se probó que «tuvieran intención de subvertir el orden constitucional o alterar gravemente la paz pública o provocar el terror en la gente en la localidad de Alsasua».

Perals: «Ataque premeditado»

Perals no comparte este criterio y, por ello, ha presentado este recurso. Según su criterio, el del Koxka «se trató de un ataque premeditado y con una finalidad clara, demostrar que quien manda en Alsasua es el ‘pensamiento único’ y excluyente de determinadas personas que tienen secuestrada y atemorizada a parte de una población que no piensa como ellos».

Según informó Europa Press, que tuvo acceso al recurso, en el «argumentario» del fiscal, se señala que «la agresión sirve de aviso al resto de la población de que esas personas deben ser excluidas».

Junto a ello, Perals se remite a la sentencia para subrayar que se aprecia en los ocho condenados «una actuación impregnada por una motivación ideológica derivada de la dinámica de la izquierda abertzale impulsada por el movimiento Ospa, que era uno de los movimientos a su vez impulsados por el frente de masas de ETA».

«ETA se disolvió por este caso»

En su recurso, Perals tiene que eludir la patata caliente de justificar la calificación de «terrorismo» en un momento en el que ETA había suspendido sus actividades armadas y que ya había decidido disolverse cuando se celebró el juicio. El fiscal opta por señalar que la disolución de ETA se debió, entre otros factores, «a la presión de este procedimiento», pero insiste en que esta circunstancia no supone que los hechos ocurridos en la localidad de Sakana «dejen de ser terroristas».

«Si una acción violenta se comete por una motivación ideológica impulsada por una organización terrorista, dicha acción constituye terrorismo aunque el sujeto no esté integrado en una organización terrorista», añade Perals, retorciendo el Código Penal español.

Pozueta: «Crueldad»

«Es una nueva demostración de crueldad y diría también que de intencionalidad política. Existe un empeño en mantener la idea del terrorismo para poder castigar de una manera ejemplar. No lo entendemos, estamos consternados. Nos rompe todo. Si en algún momento veíamos luz, esta se apagó», señaló Bel Pozueta, una de las madres de Altsasu, a GARA.

«La mayoría de la sociedad no está con eso. Que se empeñen otra vez con el terrorismo, en volver, cuando la mayoría de la sociedad y las instancias jurídicas y políticas están diciendo que es injusto, desproporcionado, que supone una aplicación desproporcionada de la ley», añadió Pozueta.

Junto a ello, esta madre altsasuarra subrayó que «ahora corresponde a los políticos poner orden, poner sentido a esta situación de excepcionalidad. Esto en Europa no lo entienden. Me quedo sin palabras».

 

Jóvenes inician una acampada solidaria en Iruñea

Distintas organizaciones juveniles levantaron ayer un «gune solidario» con los jóvenes de Altsasu en el Bosquecillo, cerca de Alde Zaharra de Iruñea. La previsión es aguantar acampados hasta el sábado, cuando se sumarán a la manifestación que saldrá a las 17.00 desde el estadio El Sadar.

«No aceptamos la sentencia de la Audiencia Nacional y mucho menos las detenciones que ha habido», manifestó una joven mientras se montaban las primeras tiendas. «Además, hemos conocido el recurso de la Fiscalía, donde se les vuelve a pedir terrorismo, que habrá que ver en qué queda», añadió

«Los jóvenes no aceptamos la sentencia. Los tienen que liberar. Vamos a estar aquí tres días llevando la reivindicación a las calles, difundiendo lo que pasa. Esto está abierto a todo el mundo, que se sume el que quiera», manifestó otro participante en la acampada.

Para hoy, se ha convocado una asamblea y se prepararán los materiales para la manifestación que la organización juvenil Ernai ha convocado para las 18.00. También habrá contacuentos. El guión el sábado será similar, con una mañana dedicada a preparar y difundir propaganda para acudir a la manifestación.A.I.