Imanol Intziarte
Periodista
IKUSMIRA

He venido a WhatsApp para hablar de mi libro

Dentro de ese submundo que son los grupos de WhatsApp existe un colectivo con capacidad para sacar de sus casillas al más templado. Son los que entran como elefante en cacharrería, los que actúan como si en la vida real fueran a una conferencia sobre poesía rusa del siglo XIX y se subieran a la silla para entonar eslóganes futbolísticos.

A nadie en su sano juicio se le ocurriría acudir a la reunión de padres y madres de la ikastola y liarse la manta defendiendo a voz en grito la subida de las pensiones, la independencia de Euskal Herria o el cese de Lopetegi.

Porque todo tiene su espacio y su momento. Porque una cosa es tu grupo de amigos, donde hablas de lo divino y lo humano, y otra un espacio heterogéneo donde lo que se comparte es un interés, hobby o afición determinada.

Y sin embargo hay gente incapaz de entender este simple concepto cuando pulsa el célebre icono verde. No me refiero al típico ‘off topic’, el comentario casual que se va por los cerros de Úbeda.

Si, por ejemplo, el grupo se llama Porra Mundial, no hace falta ser muy sagaz para deducir qué une a los integrantes de ese grupo. Ergo, no desbordes el foro con mensajes kilométricos sobre cualquier otra cuestión, como la cría de chinchillas en cautividad.

Que lo mismo alguien está de acuerdo con tus opiniones. O no, pero le apetece debatir al respecto. En ese caso ya os montaréis otro grupo llamado «Cría de chinchillas».

Es predicar en el desierto, lo sé, hay personas que no captan las indirectas por muy directas que sean. Pero al menos me quedo a gusto.