Ainara Lertxundi
Periodista
IKUSMIRA

Trabajadoras sexuales por la regularización

El 2 de junio de 1975, un grupo de 150 trabajadoras sexuales se encerraron en la iglesia de Saint Naizer de Lyon para protestar por las agresiones que sufrían por parte de la Policía y la clandestinidad en la que eran obligadas a trabajar. El encierro duró ocho días. Dos mujeres resultaron muertas a golpes. En homenaje a esas mujeres, cada 2 de junio se celebra el Día Internacional de la Trabajadora Sexual. Para llamar la atención sobre su situación, la Red de Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y el Caribe (RedTraSex), constituida en 1997, acaba de presentar un manifiesto para exigir igualdad de derechos porque «somos personas que ofrecen un servicio sexual por cuenta propia y luchamos por salir de la ilegalidad y la marginalidad a que nos ha sometido la sociedad patriarcal».

Estas son sus razones para exigir una regularización: «Porque se trata de un trabajo realizado por autodeterminación; para que se garantice nuestro derecho a la igualdad y la no discriminación; porque nos permitiría ejercer nuestro derecho al trabajo; porque no queremos seguir siendo víctimas de violencia: y para no seguir padeciendo las consecuencias de la ausencia de regulación».

Un manifiesto de veinte páginas que debería ser leído y debatido dejando a un lado estereotipos y que, ante todo, reivindica el derecho de estas mujeres a hablar en primera persona y a no ser tratadas como «prostitutas, jineteras, rameras, putas...», sino como trabajadoras que «nos reconocemos como parte de una clase que independientemente del oficio vivimos de nuestro propio esfuerzo».