Raimundo Fitero
DE REOJO

Porcentajes

Cuando un exentrenador de La Roja, José Antonio Camacho, ese señor que suda por los sobacos y las neuronas, definió el momento de manera rotunda (“a tomar por culo”), había más de quince millones de televidentes conectados a Telecinco en el momento de los famosos penaltis. Más del ochenta por ciento de la audiencia en esos momentos estaba viendo el fútbol. Un dato de récord, esos minutos de oro, donde puede pasar de todo. Y pasó lo esperado. Se acabó el cuento. Los rusos ganaron. Los posteriores análisis de lo sucedido estaban cargados de resentimientos, como si Florentino Pérez fuera el patrocinador de la mitad de los comentaristas. Vergonzoso. Como casi siempre.

Esos porcentajes rompen un techo, pero provocan una frustración. Se acabaron los llenos en los bares y terrazas, las pantallas gigantes quedan desnudas, la venta de camisetas se acabó y Mediaset debe empezar a hacer cuentas y ver cómo resuelve estos quince días que vienen. Hasta ahora van muy bien. Pero sin La Roja, la mitad de los enviados a casa y la audiencia a temblar.

El porcentaje realmente impresionante, esperanzador, fuera de lo común, una auténtica goleada es el que más del cincuenta por ciento de los mexicanos ha votado por Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, AMLO a partir de ahora, que fue alcalde de la Ciudad de México durante muchos años y que tiene por delante un trabajo ímprobo para regenerar su país, acabar con la corrupción y la violencia del narco, recobrar la autoestima y pararle los pies a su vecino de la frontera norte. Una gran esperanza para Iberoamérica y el mundo entero. Tenemos tiempo para hablar de esto. Y corto porque voy a ver un partido del Mundial donde se enfrenta precisamente la selección de México con la de Brasil. Si pasa México, me apunto a yoga.