Raimundo Fitero
DE REOJO

Más de mil

Escucho música clásica que puede dejarme el pelo más liso. Esta madrugada, la radio me repetía en sus informaciones horarias, que este fin de semana más de mil personas han sido rescatadas en las costas andaluzas por salvamento marino. Escucho a responsables institucionales y de organizaciones de ayuda hablando de que llegaban en objetos flotantes sin motor. Se da la noticia de que en la ciudad de Cádiz se están habilitando dos pabellones polideportivos para acoger a estas personas. Y de repente, la radio, las televisiones, los medios de información digitales, se olvidan de esa pavorosa noticia. Hace muy poco hemos estado días enteros con todas las cámaras disponibles esperando a un barco que traía una cincuentena de personas rescatadas del centro del Mediterráneo, pero ahora, este más de mil, no nos importa. Aquí está fallando algo.

Sigo escuchando música clásica porque equilibra mis dedos y aprieto las teclas con un ritmo que sabe a zurracapote. Más de mil veces me puedo cagar en quienes han redactado el código penal en asuntos de violencia sexual, porque a unos bestias que violaron en grupo a una chica en un coche, les caen solo cinco años porque al estar la mujer borracha, los violadores, según la sentencia, no tuvieron que utilizar ninguna violencia. Esto empieza a derivar en una barbaridad que se debe atajar ya. No hay por dónde entenderlo. Violar, es violar. Sin atenuantes, ni subterfugios para medir desde la toga la resistencia de la víctima.

Empiezo a tener problemas para entender a los exconvergentes, con su mutación, su travestismo, sus cambios incesantes de nombre para ocultar el ayer que les come en los juzgados. ¿De dónde saca este poder Puigdemont? Los dos mellizos españoles por antonomasia, Casado y Rivera, van a cazar avispas chinas en Catalunya. Más de mil.