Raimundo Fitero
DE REOJO

Mausoleos

Intento ir a lo mío sin pretender crear tendencia. Mariano Rajoy, Alberto Feijóo y Florentino Pérez comieron hace unos días en una marisquería gallega. No se sabe ni de qué hablaron ni quien pagó. Yo me lo imagino porque leo a Don Winslow, el autor que mejor describe el narcotráfico mexicano como expresión de la globalización de la corrupción. La cocaína como auténtico bitcoin para pagar a la contra nicaragüense, entre otros detalles entre servicios secretos y tráfico de drogas. Su novela “El día del perro” me dejó anonadado por tantos datos verosímiles. Ahora, con “El Cártel” me agobio por ver cómo lo escrito por él en 2014 coincidía casi al milímetro con los acontecimientos posteriores.

Mientras se ponían hasta allí de percebes, cigalas y centollas, los actuales machacas de la banda, siguen haciendo el ridículo entrevista tras entrevista. Hay dos o tres personajes que parecen diariamente en las teles que interpretan el argumentario de sus guionistas con una cantidad de gomina tardofranquista que asusta. Me parece un caso a estudiar el campeón de lanzamiento de hueso de aceituna, secretario general de la banda de Casado, el Niño de los Masters. Su acento remarca su cuñadismo hasta la náusea. Lo de Maroto, y su moto, es fantástico. Parece un catedrático de la negligencia intelectual. Tienen tan poca capacidad de hacer política que han sacado a pasear a Maduro otra vez.

No se atreven a decir que no quieren mover a su Franco de su mausoleo. Buscan excusas, derivadas. Y lo van a llevar al Tribunal Constitucional el decreto ley. Los cuñados de Rivera andan todavía más desbocados en Catalunya. El ministro con perrita está retratándose con la entrega de emigrantes en tibio. Grande-Marlasca es un mausoleo en sí mismo. Ha usado un acuerdo con Marruecos firmado por Corcuera. Así vamos.