Ana Beltrán, esa gran pitonisa sin puntería
Ahora que arrancamos entre bostezos el curso político, es difícil no reparar que al final del camino esperan las elecciones. Qué vértigo y qué pereza, la verdad. Menos mal que tenemos, aún, una lideresa de relumbrón en el PP. Ana Beltrán ha sostenido que, si vuelven a ganar los nacionalistas, los navarros dejaremos de ser españoles.
¡Quietos, lobos! No descorchéis el champán. Beltrán falla más que una escopeta de feria. Pero esta vez ha dado en el palillo de al lado, y al hacer cuentas con el tirapichonero cuenta como roto. Voy a corregirle la predicción: si se consigue dejar fuera del gobierno otra vez a UPN y PSN, es muy probable que dejemos de ser navarros.
Me refiero a que desaparecerá ese navarror rancio que invoca a los fueros como «los cojones de Navarra». UPN logró construirlo usando una serie de mitos: San Francisco Javier, la Feliz Unión, los Fueros, las cadenas... Todo muy caduco, pero les funciona.
Pero si Esparza falla en mayo en su reconquista del salón del trono, todas estas verdades forjadas en el crisol del franquismo corren peligro de desaparecer. La posible irrupción de Ciudadanos y su discurso adocenante y centralista en el mapa político resulta del todo incompatible con la defensa del fuero. Y la necesidad de unión entre las derechas obligaría al navarrismo a, por primera vez en 70 años, replantearse sus axiomas.
Independientemente de que la reformulación ideológica de la derecha navarra vaya a peor, la desaparición de ese concepto de Nafarroa sería una victoria épica por laque merece la pena luchar.