Una sentencia que desnuda la venganza
No ha sido lo contundente que algunos deseaban pero lo cierto es que la sentencia de la Audiencia de Bizkaia que califica de culpable el concurso de Karrantzako Minda tiene su transcendencia y da brío a la instrucción pendiente de la causa penal. Cuestiona la gestión de un proyecto impulsado por el PNV con dinero público y, lo que es más grave, destapa la falta de control efectivo.
Una investigación complicada, a pesar del precedente del demoledor informe del Tribunal Vasco de Cuentas Públicas de 2012, por la actitud pasiva de la Diputación y Lakua que insuflaron ayudas y subvenciones para que los suyos impulsaran la fallida planta e hicieran negocio gracias a un importante problema medioambiental en el valle más occidental de Bizkaia.
La resolución se ha hecho pública una semana después de que URA informase de que ha expedientado al Ayuntamiento de Karrantza «por no concretar una solución para el adecuado tratamiento de sus aguas residuales». En medio, la negociación entre Gobierno foral y Consistorio para establecer las tarifas que se aplicarían a los ganaderos una vez que el municipio se integre en el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, tal y como desean ambas partes.
Karrantza es gobernada desde hace siete años por Karrantza Zabala después de una discutible gestión jeltzale. A nueve meses de las elecciones, la iniciativa de URA supo a «maniobra de desgaste» del PNV, aunque con esta sentencia lleva a más de uno a hablar de «venganza». El problema lo crearon ellos y ahora se lo tratan de endosar a otros.