Aplausos para las lágrimas de un emocionadísimo «Koreeda San»
Tras arrasar en Cannes, Hirokazu Koreeda trae a Donostia «Manbiki kazoku», un drama familiar basado en una noticia sobre una familia que robaba objetos para poder venderlos después. El director japonés recibió ayer el Premio Donostia por una amplia carrera, que tiene intención de seguir ampliando con más películas.
El cineasta japonés Hirokazu Koreeda visita Donostia un año más, pero esta vez ha sido especial pues tras 20 años acudiendo a Zinemaldia recibió ayer el Premio Donostia de las manos del director del festival de Cannes, Thierry Frémaux. Precisamente allí, en Cannes, ha ganado la Palma de Oro con la película que nos presenta estos días: “Manbiki kazoku”.
Según Frémaux, se trata de «una obra maestra». Según contó, cuando cogió la dirección del festival, el primer día, la primera película que vio fue de Koreeda, por lo que le gustó entregarle este premio: «es uno de los directores más importantes del momento, en Japón y a nivel mundial», aseguró antes de darle paso al protagonista de la noche, acogido entre aplausos y el público en pie.
Sin poder contener las lágrimas, dijo que para él era «un momento emotivo y muy triste a la vez» pues se acordó de la recientemente fallecida Kirin Kiki, interprete de “After the storm”, con quien acudió al festival en 2016. El actor de “Manbiki kazoku”, Lily Franky acudió a su «rescate» y le dio un pañuelo para que se sonase, y agradeció el premio otorgado a «Koreeda San» antes de marcharse los dos, otra vez, entre aplausos y vítores.
Por la tarde, más tranquilo
En la rueda de prensa de la tarde el cineasta se mostró más tranquilo. «Soy consciente de que tengo fama de hacer dramas familiares, pero sí me gustaría hacer otras cosas como una película con un personaje no humano, pero que tenga sentimientos», sugirió sin querer dar más pistas.
El premiado contó que pronto, en octubre, comenzará a rodar su nueva película. «Todo surgió porque voy a muchos festivales y conozco a mucha gente que me hace ofertas», aseguró sobre el rodaje que comenzará en el Estado francés. «Espero estar a la altura los interpretes tan famosos con los que voy a trabajar».
Preguntado sobre si es difícil trabajar con gente que hable un idioma diferente, dijo que «es más fácil trabajar con alguien que habla otro idioma pero tiene las mismas intenciones, que con alguien que habla el mismo idioma pero tiene diferentes intenciones».
A su vez, respondió a cómo es trabajar con niños, pues en sus películas a menudo cuenta con algún actor infantil. «No hay una manera fija porque cada uno es diferente. Hay que tener en cuenta la capacidad de concentración de cada uno». En ese sentido, dijo que le gusta arropar a los menores con actores adultos.
Respecto a la película que ha traído a Donostia, comentó que sacó la idea de una noticia en la que se narraba que una familia de Osaka robaba para vender los objetos después, y que les pillaron solo porque encontraron en su casa una caña de pescar que no habían vendido. Su cinta habla de la necesidad que lleva a una peculiar familia al hurto.
Las películas de Koreeda tratan temas fácilmente comprensibles en todo el mundo, pero no es algo intencionado. «Cuando hice ‘Still walking’ la gente me decía que la madre de la película era igual que su madre. Y yo decía que la había hecho basándome en mi madre. Así que comprendí que lo único que tenía que hacer era contar lo que me rodea», aseguró.