Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

De Karanka a Mourinho

El interista Icardi festejó su gol al Milan con el gesto de «Topo Gigio», el italiano Caputo vendiendo la marca de birra que él produce.

«El éxito solo precede al trabajo en el diccionario», reza en el interior de las instalaciones del histórico Nottingham Forest, el club que llegó a levantar dos Copas de Europa y, hoy día, en la segunda inglesa, es dirigido desde hace diez meses por un gasteiztarra, Aitor Karanka, que aspira a devolverlo a la Premier League 18 años después. «Aquí todo el mundo está esperando que lleguen buenos momentos. No vives pensando: ‘estamos en Segunda, fuimos campeones de Europa y ya no va a volver a pasar’. Aquí, e incluso en el resto de la liga, pierdes un partido y ya piensas que el siguiente lo vas a ganar. Somos 24 equipos en la Championship y 20 piensan que pueden subir. Las aficiones, lo mismo. Vas al campo del Blackburn Rovers, que acaba de subir de Tercera y allí no se habla de otra cosa que no sea subir. Esa mentalidad de pensar que puedes conseguirlo, muchas veces te lleva a ello», aclara la mentalidad del fútbol inglés. El exayudante de José Mourinho prefiere los pies a ras de hierba. «Si sueñas con subir, con ganar las Copas de Europa de Brian Clough, en una semana puedes estar en tu casa. Lo importante es el siguiente partido», concluye asumiendo que «de niño sueñas con títulos, como entrenador ves lo difícil que es».

El éxito solo precede al trabajo en el diccionario. A Paco Alcácer le está llegando el momento de saborear las mieles, y gracias a su esfuerzo y también a sus goles –ya van 7 o uno cada 18 minutos sobre el césped–, el Borussia Dortmund va a ejecutar la opción de compra del jugador culé, por el que abonará 23 millones más cinco en variables.

Con un nuevo tanto del delantero en el 0-4 al Stuttgard, los renanos siguen líderes, mientras que el Bayern se sacudió la crisis por la que atravesaba con una victoria 1-3 ante el Wolfsburgo, tras tres derrotas seguidas. Pero si de un nombre propio se habla en la Bundesliga esta jornada es el del veinteañero serbio Luka Jovic, un chaval que con solo 16 años debutó y marcó con el Estrella Roja, el Benfica lo reclutó y ahora, cedido en el Eintracht Frankfurt, está destapando el tarro de sus esencias. Este fin de semana se quedó a un gol del récord de Dieter Müller, que con el Colonia firmó 6 en 1977-78, ante el Werder Bremen. Jovic anotó 5 dianas con solo 6 remates en 46 minutos, en la goleada 7-1 al Fortuna Dusseldorf que reflejaron las pantallas del incrédulo Commerzbank Arena.

El que también se ha forjado a sí mismo y nadie le ha regalado nada es Cristiano Ronaldo. Detrás del luso hay un trabajo y esfuerzo innegable, además de un hambre voraz por mejorar y ganar. En el primer partido oficial de la temporada que no gana la Juventus tras diez victorias consecutivas, el portugués anotó su quinto gol en Serie A, lo que le lleva a ser el primer futbolista en toda a historia de las cinco grandes ligas europeas que marca 400 goles: 311 en la española, 84 en la inglesa y esos cinco goles en la italiana.

Lejos, pero dejando muescas de lo gran jugador que es, Mauro Icardi, emblema nerazzurro, que solo tocó 15 balones en todo el partido, con el último anotó en el minuto 92 el gol de la victoria en el derbi de Italia, Inter-Milan, 1-0 ante 75.000 espectadores. Héroe. Corrió y se fundió en un emotivo beso con su compañera y representante la modelo Wanda Nara. El argentino está siendo tan determinante para los suyos que de los 6 goles que ha marcado esta temporada, 2 sirvieron para abrir el marcador y 4 para cerrarlo y ganar. Los datos no mienten, es un depredador del área que lleva una media de un gol por cada 5,2 remates, por 5 Harry Kane, Lewandowski o el Red Roberto Firmino, y, ojo, solo 4,7 tiros necesita Gonzalo Higuaín para anotar. 

Riquelme fue el primero

Icardi saluda cada gol llevándose las manos a las orejas para recibir la ovación de su público. Una celebración que patentó el gran Juan Román Riquelme y gesto que se bautizó en su día como el ‘Topo Gigio’. Fue en un clásico Boca-River en 2001, Riquelme anotó para los ‘bosteros’ y acto seguido se plantó en medio de la cancha frente al palco de Mauricio Macri, vigente presidente argentino y entonces mandamás de un Boca con el que negociaba un mejor contrato, colocó sus manos detrás de sus orejas y presentó el ‘Topo Gigio’ al mundo. Luego, declaró que el festejo era en homenaje a su hija Florencia, fanática del personaje infantil, popular ratón que da las buenas noches.

Muchos han inmitado luego ese gesto, entre ellos su compatriota el ‘Apache‘ Tévez, aunque para singular el ademán que a cada gol dibuja con sus manos el italiano Francesco Caputo, delantero del Empoli, que si algunos mejoran con los años como el vino, él lo hace a base de beber la cerveza de cuya marca, ‘‘Pagnota’’, es propietario y por ello, con cada tanto, se lleva el dedo pulgar a la boca simulando estar bebiendo y de paso hacer publicidad de su birra. Ya suma tres dianas. «Una cerveza, por favor», como soltó en rueda de prensa Jurgen Klopp en sus días en Dortmund al ser cuestionado sobre dónde aprendería a hablar español ya que Pep Guardiola, tras dejar el Bayern, se había ido a imbuirse de inglés a Nueva York. «En Mallorca se puede llegar muy lejos con esa frase...», añadió irónico.

Precisamente, esta jornada su Liverpool se veía las caras con el Huddersfield y más allá del triunfo por un solitario tanto, no está de más recordar la amistad que une a ambos técnicos, Klopp y un David Wagner con el que coincidió en el Mainz a inicios de la década de los 90, cuando el club de Renania-Palatinado jugaba en Segunda. Íntimos hasta el punto de que Wagner fue el padrino del Liverpool y Klopp fue quien convenció a Wagner para que se apuntara al curso de entrenador, pues después de abandonar el fútbol de élite el técnico del Huddersfield dejó de lado el balompié y se puso a estudiar una carrera en Biología y Ciencias del deporte. Cuando la terminó, le volvió a picar el gusanillo del fútbol. Ambos han acabado trabajando en Inglaterra, donde sus caminos se han vuelto a cruzar.

Por delante de José Mourinho mejor no cruzarte. Su United ganaba 1-2 en su regreso a Stamford Bridge cuando el Chelsea de Maurizzio Sarri empató en el 96, y un miembro de su staff no tuvo otra ocurrencia que pasar frente al luso y espetarle su algarabía en la cara. La trifulca fue de aúpa, con ‘Mou’ en plan ‘repartidor de ostias’, Sarri disculpándose en sala de prensa y José aceptando sus palabras. Antes, Mourinho respondía a los abucheos de su antigua afición recordándo a los Blues que en el reciente pasado les ha dado tres ligas. «Sí, es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta», como sentenció Franklin Delano Roosevelt sobre el dictador nicaragüense ‘Tacho’ Somoza.