Iñaki ZARATIEGI
Elkarrizketa
ZURIñE HIDALGO Y FRAN URIAS
INTEGRANTES DE HESIAN

«Año tras año, el grupo va cambiando y la música se va transformando»

Con epicentro en la Sakana navarra, el septeto rockero Hesian acumula doce años de actividad, bastantes cambios internos y ocho discos. Un activo redondeado por la novedad «Hasiera» (Baga Biga), de cuya gestación han ido dando cuenta en NAIZ. Zuriñe Hidalgo y Fran Urias hacen balance, presentan su nueva obra y actualizan la dinámica trayectoria de la banda.

Bautizarse artísticamente como Hesian da una idea de esperar asomado a que la vida fluya. La metáfora la usaron The Rolling Stones en “Sittin’ on a Fence” (“Sentado en una valla”) allá por 1966-1967. Inquirir a Fran Urias Agirre (Iruñea-Etxarri Aranatz, 1985) y Zurine Hidalgo Alonso (Gasteiz, 1990) por aquella canción es como preguntarles por la prehistoria musical.

El nombre de su grupo surgió de la canción del mismo título que los eibartarras Su Ta Gar (disco “Jainko Hilen Uhartean”, 2006), en su caso refiriéndose a la emigración. Hesian nació en 2006 en Etxarri y su primer bolo fue en el gaztetxe del pueblo. Un año después debutaron discográficamente con “Maite dugu”. Ahora estrenan su octava grabación “Hasiera”.

Fran vive a caballo entre Etxarri y Gasteiz, donde estudió y ejerce de profesor de Ciencias Sociales. «Trabajé en el Colegio El Ave María y ahora en las Mercedarias. Como buen navarro, he tenido tías monjas y estoy acostumbrado. En el colegio saben que toco en un grupo y todo eso y no hay problema; yo me llevo bien con todo el mundo. Eso sí, me quito los pendientes; el curro es el curro».

Zuriñe nació en la capital alavesa, residió desde los seis años en Zizur Nagusia y lleva unos tres en Donostia, ligada a su labor como presentadora y actriz en EiTB. «Recibí clases de lenguaje musical y de txistu en la escuela de música de Zizur, pero lo mío era cantar. Acabé la diplomatura de educación infantil en euskara y ejercí en la ikastola de Zangoza y en Ultzama. A los doce años me presenté a un casting de EiTB y desde entonces he trabajado en varios espacios y formé parte de los itinerantes Betizu Taldea. A los 16 montamos Jeimon Turk Band. Grabamos un disco, ‘Askatasunarekin ametsetan’. Éramos unos hippies y musicalmente muy abiertos».

A Fran le moló la marchosa vocalista de los Jeimon y la contactó a través de un amigo común. «Entré en Hesian en otoño de 2010 con la condición de no dejar mi primer grupo. Lo llevé bien y no hubo mucha movida interna en Jeimon, aunque alguno estaba lógicamente molestillo por haberme metido en otro grupo. En junio de 2011, en las fiestas de Auritz-Burguete, nos programaron a ambos. Hubo bastante paz, cada uno hizo su concierto, pero nos pusieron a cenar en el mismo local, en mesas diferentes. Me senté con ellos para calmar un poco el ambiente y creo que tomé el postre con Hesian... Y en Navidades lloré mi despedida de los Jeimon».

Zuriñe vivió el ambiente alternativo de Zizur. «Las influencias musicales eran bastante punk y anarquistas, aunque se oían otros tipos de música, un popurrí bastante grande. Pero desde que empecé a tomar más conciencia de todo esto tuve como referente a Sorkun, en lo musical, como mujer y como euskaldun».

Fran tuvo un mentor mayor en casa: era su hermano quien le pasaba discos. «Mayormente de lo que se etiquetó como Rock Radical Vasco: La Polla Records, Barricada…. Luego me influyeron mogollón grupos en euskara como Su Ta Gar o EH Sukarra. Tuve una época muy heavy: Helloween, Metallica, Iron Maiden… Después me pasé a la música que tiene más que ver con lo que hacemos nosotros: punk-rock de California, hardcore… Ahora estoy también por el pop-rock, me estoy haciendo viejo… Lo último que he escuchado es la lista de Benito Lertxundi en Spotify».

Han conocido bastantes cambios internos y hoy son septeto: Ane (bajo), Beñat (trombón), Danel (batería), Eneko (trompeta), Fran (cantante y guitarra), Iker (guitarra) y Zuriñe (cantante), con ¿una evolución del rock-punk al rock-pop? «La manía de etiquetar, pero año tras año, cambiamos nosotros, cambia el grupo y la música se va transformando. Si hay que meternos en algún saco diría que hacemos rock-pop melódico», dice Zuriñe. Y Fran matiza: «es que el pop es siempre melódico, pero sí, ese sería hoy nuestro estilo».

Con doce años de vida y con alguien del grupo ya padre por partida doble, siguen teniendo un público muy joven. Zuriñe confirma: «Sí, muy juvenil, una buena parte de la audiencia suele ser muy joven y adolescente». Fran matiza que sigue habiendo seguidores de su primera época, pero que la energía de los más jóvenes frente al escenario se nota más. La conversación fluye abundante y el tiempo se alarga demasiado para Fran porque ha surgido un imprevisto laboral: tiene una reunión sobre un alumno. Así que deja la responsabilidad entera de la entrevista a su partenaire. El curro es el curro.

Hablando de audiencia joven, las ilustraciones del nuevo disco las protagoniza una niña. «Son de la dibujante catalana Marta Bellvehí. Teníamos una primera idea con una niña como motivo central y fue cambiando. Yo veía claro el elemento de la luna y Fran la niña, una combinación que muestra la infancia no contaminada. Soy muy lunática, he relacionado la idea con el ciclo de la vida y la muerte que simboliza esa presencia de la luna».

Son una formación alegre, pero con algunas letras oscuras: “Maitasun faltsuari”, “Iluntasuna naiz”, “Begi bustiak”… «Ese tipo de canciones reflejan más la aportación de Fran, que tiende a escribirlas en momentos negativos. Yo soy lo contrario, me sale escribir cuando estoy alegre. Hesian tiene un dualismo y dos caras y este disco remarca la diferencia entre oscuridad y luz; está en blanco y negro, un poco el yin y el yang».

Destaca el reclamo de independencia femenina con títulos como “Plazandreak”. «Esa parte es más mía. Me ha salido de manera natural, me apetecía y lo veía necesario. Es un crecimiento personal desde que hace ya unos años me puse las gafas moradas y empecé a ver todo de otra manera y sin vuelta atrás. Un proceso de toma de conciencia y de actuar. Es un tema muy importante y más en el sitio y entorno en que vivimos y viendo lo que está pasando».

Cierra el disco la composición “Ziklikak gara”. «Hace un par de años empecé a formarme de modo autodidacta sobre los ciclos menstruales. Nos enseñan que te baja la regla con esa típica lógica de que las mujeres estáis locas, un día decís una cosa y otro día otra... Y a base de escucharlo hasta te lo crees porque te ves cambiante. Así que investigué tomando conciencia de nuestros cuerpos, cómo pensamos, cómo nos afecta en una fase o en otra... Lo vivo con mucha conciencia y me apetecía hablar de ello porque hay mujeres que esos días no se aguantan ni a sí mismas. Aprendamos que la mujer es cíclica, que cada ciclo tiene cuatro fases y que se puede comparar y unir con la luna, que también tiene cuatro fases».

Se muestra además Zuriñe agitadora en Facebook proclamando que «ni la tierra ni las mujeres somos territorio de conquista. La violación, la invasión, el saqueo, la explotación... no se celebran». «Me sale mucho ese tipo de mensajes, tanto si lo leen dos personas como mil. Las redes sociales son una potente herramienta de difusión. Es mi vena reivindicativa y es importante que lo hagamos quienes podamos llegar sobre todo a mujeres jóvenes, que es lo que más me preocupa viendo dónde y cómo vivimos».

Hesian tuvo en sus comienzos discos de títulos políticamente contundentes (“Herriaren Oihua”, “Borrokatu eta irabazi”) y parece que los mensajes han ido cambiando con el paso del tiempo. «Yo no estaba aún en el grupo en esas canciones del principio. Entré en 2010 y participé desde el cuarto disco ‘Hitzetik’. Es verdad que el mensaje ha cambiado, pero todo cambia: las personas, el entorno, cómo te llegan las cosas, cómo las vives... Hesian ha hablado siempre de sentimientos, no vamos a hacer una letra simplemente por escribirla, porque está de moda, porque toca... Reflejamos lo que vivimos, lo que estemos pasando. Fran tira seguramente a temas más personales, en relación con el amor o los sentimientos. A mí no me sale, apenas he escrito un par de canciones de amor. Me salen mis pedradas, mis buruhauste».

En 2016 dijeron que su séptimo disco “Hesian” era el del cambio y el más popero. El nuevo, del que se ha adelantado el videoclip del single “Nire bihotza”, ¿prosigue la evolución, es más continuista? «Es un disco diferente partiendo de que por primera vez hemos grabado fuera de Euskal Herria y con un productor [Juan Blas, del estudio madrileño Westline y del grupo Nothink] que no nos conocía. Aunque hay canciones muy Hesian queríamos romper un poco. Es más largo y cambiante, nos apetecía probar cosas nuevas. A ver qué pasa: o gusta o la hemos cagado».

Tras tantos años en la carretera, ¿viven de la música? «No, es muy difícil. Siempre hemos tenido claro que somos muchos en el grupo, que apenas salimos de Euskal Herria... y hemos metido todo lo ganado al saco: invertir en videoclips, en futuros discos…, tener siempre una base. No cobramos nada hasta hace tres o cuatro años que empezamos a recibir algo porque vimos que alguna peña se estaba pirando y que había que dar al menos una pequeña recompensa. Pero vivir de esto, imposible».

¿Y los discos? ¿Dan algún rédito económico hoy en día? «A ver, no nos haremos ricos vendiendo discos, pero estamos contentos. En Euskal Herria se sigue apreciando mucho el disco y el libro, sobre todo en la Azoka de Durango. Aquí tenemos esa actitud de apoyar lo cultural y, por ejemplo, en los conciertos, se venden bien discos y merchandising».

¿Les hubiera gustado estar en los MTV de Bilbo como Berri Txarrak? «Ja, ja, ja, es una pregunta trampa… Yo no veo a Hesian en la MTV, ni me lo imagino».

Ayer salió el nuevo CD. Después estará en la Azoka de Durango y ¿qué plan de presentaciones? «Lo presentamos oficialmente en Durango, sí. Y de momento, en diciembre tenemos cuatro presentaciones-charlas acústicas entre Fran y yo. El 13 en Oihaneder Euskararen Etxea de Gasteiz, el 14 en Bira aretoa de Bilbo, el 20 en Tabakalera de Donostia y el 21 en Katakrak de Iruñea».

Si el disco de 2016 se tituló “Hesian” y el de ahora “Hasiera”, ¿hay como una necesidad de autoafirmación del grupo? «Puede ser. En ‘Hesian’ veníamos de un disco anterior de catorce temas (‘Hegalak astinduz’, 2014) y fue diferente, seis temas y dos versiones. Y ahora sí, puede tener razón la pregunta. En esto voy a hablar de modo muy personal: vivo por etapas, si me preguntan dónde estaré en dos años, ni idea. Cada nuevo proyecto es algo que no sabes cuándo terminará. Me gusta vivirlo en el aquí y ahora, casi como si fuera el último. Y quizás tengas razón con ‘Hasiera’, no me había fijado, pero eso del principio, de empezar… está muy bien”.

En esta ocasión han contado con un apartado especial en NAIZ para publicitar su día a día. «Lo hicimos desde Madrid, como un seguimiento diario de la grabación. Adelantamos la portada, el videoclip del single… Ahora estamos trabajando más a nivel interno, no hay tanto que enseñar y lo hemos un abandonado un poco. Está siendo sido una herramienta de trabajo muy buena».