Raimundo Fitero
DE REOJO

Gangas

La implantación abusiva, desbordante, obsesiva del “Black Friday” me tiene atrapado en un mar de sensaciones excluyentes. Creo que es una de las campañas más absurdas del consumismo irracional, inducido, fuera de control. Un adelanto de las compras navideñas pero planteado desde modos americanos, como tantas cosas, que han prendido en el interés de hacer caja todo el mundo. Y no es un viernes, es un fin de semana, una semana, una quincena. Gangas siempre han existido, pero no eran universales.

En pocas horas se conoce que los jueces de “La Manada” han dado muestras, de nuevo, de ser muy condescendientes con los machistas violentos y consideran “maltrato ocasional”, lo que hizo un bestia que acuchilló e intentó asfixiar a su mujer. No consideran eso intento de homicidio. Una vergüenza. A la vez, en Lleida, otro juzgado ha cambiado de violación a abuso en una sentencia a dos violadores defendidos por el mismo abogado sevillano que a “La Manada”, porque, aunque ella reiteradamente dijo que no quería, no utilizó fuerza física para impedirlo. Duele leer estas conclusiones. La víctima doblemente ultrajada.

Estas gangas judiciales con maltratadores y violadores son fruto de una ley medieval y machista aprobada en el parlamento español, por lo que deberían rectificar con urgencia, porque la reiteración de estas delirantes sentencias empieza a parecerse mucho a una apología terrorista.

Y deben darse por aludidas sus finas señorías pese a que la vida parlamentaria se ha vuelto tan tiquismiquis y surrealista que su presidenta considera que llamarla institutriz es un insulto y una muestra de machismo. Las institutrices se han rebelado y con toda la razón. Escuchar entrevistas a Zipi Casado y Zape Rivera es una experiencia tardofranquista. ¿Dónde se entrenan?