Lo de Vox estaba aquí desde hace tiempo ya
Parece que tras las elecciones andaluzas algunos han descubierto que tenemos fascistas entre nosotros. Los resultados de Vox son realmente preocupantes, tanto como la banalización o el blanqueo del fascismo. Pero sus mensajes no son nuevos. Ni muchísimo menos.
Xenofobia. Igual nos hemos olvidado de que Javier Maroto, que fue alcalde de Gasteiz por el PP, mantuvo un discurso de criminalización de la inmigración hasta el punto de que el Consejo de Europa lo censuró. Lo mismo que a Xavier García Albiol. Mucho hablar de Trump pero ya nadie se acuerda de Melilla.
Machismo heteropatriarcal. En Nafarroa acabamos de vivir una campaña de criminalización de la coeducación y el programa Skolae por sectores de la derecha supuestamente civilizada contra medidas que podemos considerar básicas y esenciales. No sé si la sentencia de La Manada es culpa de los jueces o de las leyes, pero ahí está, entre nosotros.
Españolismo rampante. Existe alarma porque Vox quiere acabar con las autonomías, pero Ciudadanos lleva arremetiendo contra los fueros desde hace tiempo –lo del «cuponazo» de Rivera, por ejemplo–. El líder de UPN ha tenido que «rectificar» el deseo que mostraron dirigentes de su formación de pactar con cualquiera, incluido Vox, para acabar con el Cambio. Pero siguen teniendo abierta la puerta al antiforal Ciudadanos.
Y hay más, como la fiscalidad o el recorte de derechos.
Lo único bueno de Vox es que puede servir para activarnos en contra de un fascismo que no es nuevo sino que siempre ha estado aquí.