Coincidiendo con su aparición en la arena política, hace ya años que en estas líneas manteníamos la tesis de que el Boss de las Azores Joxé Mari, con su tupé y su acento yanki, tenía que ser la mano oculta que movía los hilos de Vox, porque, entre otras cosas, era impensable que ese partido con vocación de ocupar un lugar importante en el extremo centro españolazo pudiera estar dirigido por una alineación a base de Ortega Lara Cancerbero de Gamonal, el llanero solitario de Amurrio Abascal y como portavoz el gran Alejo Vidal Cuadras, el tiple mas veterano del elenco político del momento. Ni para jugar en segunda regional.

Los últimos acontecimientos conocidos nos llevan a reforzar ese convencimiento de forma vehemente. Y es que se ha sabido ahora que la campaña de las elecciones europeas en que Vidal Cuadras no fue elegido, fue financiada con una suma de 800.000 euros por un grupo iraní de inspiración islamista marxista que en su día fue tachado de terrorista por haberse dotado, incluso, de un grupo armado. Lo de la ideología ya es bastante chirene, pero me van a decir qué hace un grupo así financiando con una buena pasta la campaña de un grupúsculo hasta entonces inexistente y desconocido que no consiguió ni un escaño.

Por eso nos inclinamos a pensar que Vox es una segunda o tercera marca de Aznar, que, no se olvide, participaba entonces en la guerra contra Irak, país al que falsamente acusaron de poseer armas de destrucción masiva y que en el momento de la campaña financiada por la oposición iraní andaba a ostia limpia con la dirección del PP. Así que el crear otra marca y conseguir pasta entre sus aliados para financiarla estaba a su alcance y al de sus amigos. Así se conseguía cubrir todo el espectro de la derecha para tratar de desbancar al PSOE a base de alianzas, condenando al baúl de los recuerdos su eterna cantinela de que debía gobernar la lista mas votada. En Andalucía ya les ha dado resultado. Por cierto ¿habrá financiado la Operación Reconquista el islamismo marxista iraní? Sería de traca.