Raimundo Fitero
DE REOJO

Conciencia

Mi corrector quería que titulase coincidencia. Y tiene razón. Lo que quiero argumentar es la coincidencia entre el deterioro político generalizado y el triunfo del capitalismo feroz disfrazado de neoliberalismo de corbata, gomina, gimnasio y tacones de aguja. Davos es una reunión de poderes fácticos con invitados a los postres en forma de gerentes de algunas empresas deslocalizadas como son los presidentes de gobierno. Unas comidas de empresa con cubiertos de plata pagada a escote por  la ciudadanía.

Cada día a estas horas en las que me pongo a juntar letras, mi cabeza estalla con estímulos acumulados en mis sesiones de televisión condicionados por mi insuficiencia empática con los dogmas menores. Digamos que mi reloj político oscila entre el anarquismo residual y el pasotismo megalítico. Conforme vaya subiendo mi bilirrubina y mi colesterol se acomode, podré encontrar alivio pragmático al consultar mi libreta de ahorros, inexistente, por cierto, mi dinero es casi todo virtual. Así que sin dilación me explico conteniendo los adjetivos.

Los impuestos. Sin impuestos no hay casi nada. Este sistema en el que vivimos ahogados se conforma con los impuestos que pagamos automáticamente en nuestra vida ordinaria y son universales y los del rendimiento del trabajo y de los capitales que son particulares, uno a uno o por sociedades. Un error en la declaración se castiga con multa. Un pufo se debería castigar con multa, prisión y repudio social. Pues el paseíllo al salir del juzgado de Cristiano Ronaldo aplaudido después de reconocer su delito suena a derrumbe total. Sucedió con Messi. Sucedió con la Pantoja. ¿Cómo se crea la conciencia de ciudadano comprometido socialmente? Lo malo es que nadie podemos tirar la primera piedra. Ni la segunda. Este mundo está podrido.