Aitor ANDIA (@betibranka)
RUGIDOS ROJIBLANCOS

¿Y ahora qué?

Vengo unas semanas leyendo y oyendo crónicas sobre el Athletic en las que prácticamente se da por hecho que el equipo está salvado y se establecen unas metas y exigencias para la segunda vuelta en las que ya se menciona la palabra «Europa» con cierta ligereza. Cierto es que si me dicen a mí en diciembre que 10 jornadas después íbamos a estar como estamos, lo firmo con sangre. El equipo se ha venido a centrar en una propuesta pragmática que le ha venido estupendamente bien para recuperar constantes vitales y recuperar un poco de color en las mejillas. Parece que ya nos podemos incluso levantar a dar un paseo. De ahí a preparar la Behobia hay un salto. Habrá que seguir cuidándonos. Seguimos mostrando deficiencias que Garitano en un alarde de sentido común ha sabido solventar por ahora, pero que la medicina que ha recetado Gaizka no nos puede hacer obviar. Desde el último año de Valverde se empezaron a ver algunos síntomas que posteriormente con Ziganda y Berizzo se han manifestado en toda su crudeza.

Nos falta capacidad en el centro del campo y goles arriba. Parece difícil que ninguno de la vieja guardia vuelva a dar en ambas zonas del campo unos registros comparables a sus mejores tardes y menos que sean capaces de sostener su rendimiento en el tiempo. Rico parece que está cerca de la salida, Iturraspe ya ha pasado a participaciones testimoniales, Beñat lleva un tiempo que ya parece que no, a lo que suma sus ya 32 años... Delante tenemos a Aduriz, a quien parece que, definitivamente, no le queda mucho para despedirse y de quien ya parece una quimera esperar aquellas cifras estratosféricas por encima de los 20 goles por temporada, que tanto nos han hecho disfrutar y que tantas carencias nos han tapado.

Propondría que en la pregunta del título de esta pieza se abrieran una respuesta a corto y varias a medio y largo plazo. La primera y la más importante, terminar este año con tranquilidad. En esto Garitano se ha mostrado como el ‘Milagroso Max’ de ‘‘La princesa prometida’’. Ha devuelto a la vida a un equipo que olía a Segunda. La segunda disyuntiva sería comenzar a preguntarnos qué queremos para el Athletic del futuro, con qué mimbres vamos a contar, cuál es el modelo de juego al que podemos jugar dentro de una propuesta ambiciosa, pero con sensatez. A lo que voy, propuestas hay tantas como gustos, y gustos tantos como aficionados. Formas de jugar al fútbol hay muchas y todas ellas legítimas. No todas valen para el tipo de jugadores que tenemos. El quid está, creo yo, en saber compaginar lo que tenemos hoy, con lo que sabemos que vamos a empezar a tener en breve y contando con los que van a ir retirándose como mínimo a un segundo plano. Saquemos las lecciones aprendidas.

Decidamos ya en la portería. Hemos conseguido que nuestra defensa empiece a funcionar, tenemos una de las mejores parejas de centrales de la liga y dos laterales de poderío. Capa se ha asentado y Yuri aún debe dar más de sí. Por delante tenemos a Dani García, a quien solo se le pueden objetar algunas desconexiones puntuales para no calificar de excelente su campaña. ¿Qué va a pasar con Unai López? La vuelta de Ibai deja la duda de si la versión que veremos será la de 2016 o si por el contrario veremos al jugador maduro del Alavés. Susaeta seguirá mostrando compromiso y calidad, aunque suuponemos cada vez con menos continuidad. Córdoba se asume que debe dar aun ese paso adelante. Raúl García sigue dando demostraciones de competitividad y Muniain parece que ya se ha destapado como el jugador que es. Lo de Williams es otra de las magnas obras de Garitano. Ha conseguido por fin que no se le juzgue como si fuera Aduriz. Ha costado, pero que nadie lo fastidie porque es oro. ¿Y qué es lo que viene?

Pues vienen Nolaskoain, Sancet, Vencedor, Areso, Vicente y Villalibre para empezar. La propuesta que venga (o siga) deberá tener en cuenta la casi segura llegada al primer equipo de todos ellos. ¿Qué propuesta puede minimizar las debilidades y potenciar las fortalezas de todo este puzzle de recursos? ¿Quién debería ser el encargado para liderar ese proyecto? Casi nada.