El invierno está llegando a su fin y la semana que pasó en las laderas el Nanga Parbat, en su búsqueda de los dos montañeros desaparecidos, han dejado poco margen a Alex Txikon en su intento de ser el primer alpinista en ascender a la cumbre del K2 en esta época del año. Sin embargo, el vizcaino aprovechó ayer la mejoría del tiempo y emprendió el camino hacia la cumbre. Su primera parada fue el campo 1, a 6.100 metros y situado en una pequeña arista.

«Haremos todo lo que esté en nuestra mano para subir la montaña, pero siempre con la cabeza fría, pensando que nuestro objetivo está en volver al campo base, puesto que es ahí el único momento en el que la cima se convierte en realidad», comentó Txikon antes de partir.

Una vez en el campo 1, el montañero explicó que la jornada fue «muy bien; hemos salido a las diez menos cuarto, hemos llegado a las cuatro menos diez. El día no ha sido el mejor del mundo, pero hemos podido montar las tiendas». «Estamos en una tienda Cheppal (sherpa) y yo, y en la otra Walung, Geljen, Pasang (otros tres sherpas)», detalló. Por tanto, no le acompañan en la ascensión Félix Criado e Ignacio de Zuloaga.

«A ver mañana (por hoy), porque de aquí para arriba sopla muchísimo», adelantó Txikon. Hoy les espera el primer punto relativamente complicado: la Chimenea House, un paso vertical de unos 25 metros entre el Campo 1 y el 2. Tras pasarla, se llega al campo 2. El equipo de Txikon tiene equipado este tramo con cuerdas fijas, pero de ahí hacia arriba el estado de la ruta es una incógnita.

A favor tiene, a priori, la previsión de buen tiempo hasta el martes 19. En contra, que desde el campo 2 (6.700 m) hasta la cima (8.611) hay 1.900 metros de desnivel y varios pasos técnicamente complicados –Chimenea House, la Pirámide Negra o el Cuello de Botella–, por lo que subir sin haber equipado con cuerdas fijas o solo aprovechando cuerdas viejas de otras expediciones, es un reto complicado.