Buscando diferencias entre lo positivo abstracto y lo concreto deleznable, nos encontramos con la reciente aparición de Don Pantuflo Aznar, que le dice a su sobrino el pistolero de Amurrio, que eso de que es la derechita cobarde no se lo dice a la cara porque no le aguantaría la mirada. Si tienes pistolones, sal a la calle y me lo dices a la cara, se entiende que es el mensaje. O sea, como se nota, van elevando el discurso político. Y nos faltan muchas semanas para seguir escuchando melonadas y salidas de tono. Alberto Carlos Zape Rivera ha decido descubrir su auténtico nombre de culebrón venezolano para intentar llegar a ser el hazmerreír de las redes sociales. Adiós al Albert coyuntural de simulacro catalán. Ahora dos nombres. Y si siguen así las encuestas se ponen medio santoral. Decía que lo positivo es ver en el sofá de Buenafuente, a sus cómicos habituales y sendas entrevistas al actor Freddie Highmore que protagoniza “The Good Doctor”, interpretando a un cirujano con autismo, lo que la convierte en un canto a la humanidad, hablando un españolo perfecto porque, además es licenciado en filología, vivió en Madrid y para ver un partido de fútbol de La Roja sin que le reprocharan ser inglés se hizo pasar como oriundo de Galicia. Anécdotas que nos hacen comprender que en el mundo del espectáculo no todos son estrellas fugaces, sino que hay gente muy preparada en otras disciplinas.

Y al día siguiente apareció Asier Etxeandia, una bestia escénica, un torrente comunicativo, un excelente actor, presentando su grupo de música, Mastodonte, con una canción tocada y cantada en directo, de esas que suenan a compromiso y calidad. Habló de la película de Almodóvar y de que el disco lo han hecho a pelo, y que está sin un duro. Y nos lo dice a la cara, para que nos enteremos y le amemos todavía más.