EDITORIALA
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Euskaltel, fracaso del PNV con el patrimonio público

Ayer el fondo británico Zegona anunció que se ha convertido en el accionista mayoritario de Euskaltel y que sigue adelante con su decisión de hacerse con el control de la operadora vasca. Parte del origen de las desavenencias estaría en la caída del valor de la acción en bolsa, lo que decidió a Zegona a tomar la iniciativa para implementar una estrategia diferente que aumente el valor de la empresa, algo por lo demás muy lógico cuando se trata de inversores privados. Se apunta también su interés a usar Euskaltel como entrada de la marca Virgin en el Estado.

El cambio de accionista mayoritario provoca desasosiego sobre el compromiso futuro de la empresa con el país. Una preocupación que no estuvo presente cuando el proyecto nació como empresa pública con participación de las cajas. Su principal activo, la red de fibra óptica, fue obra de las instituciones vascas, que la crearon invirtiendo dinero público. Tampoco se percibió esa inquietud cuando empezaron los movimientos para privatizarla: las grandes plusvalías con las que soñaban no podían quedar en manos públicas. Primero se dio entrada a inversores privados, pero manteniendo la titularidad pública de la red. Luego llegó la expansión por la cornisa cantábrica y la necesidad de salir a bolsa. Y para que el bocado fuera más apetitoso, PNV, PSE y PP decidieron privatizar también la red de fibra óptica. El control público se perdió totalmente; por esa razón no tiene ningún sentido que Erkoreka diga ahora que no tienen intención de emprender ninguna acción «de momento». ¿Y luego qué van a hacer, si es una empresa privada y totalmente ajena al Gobierno de Lakua?

El presidente de Euskaltel aseguró que la empresa se privatizaba para expandirse, para convertirse en una multinacional pero manteniendo los centros de decisión en Euskal Herria. Un discurso pueril y falaz que va dejando en evidencia Zegona. Basta ya de jugar a hacer negocios con el patrimonio de la ciudadanía vasca.