Nafarroa: de nuevo cambio frente a régimen
Pasadas las elecciones estatales a Congreso y Senado, nos encaminamos a las forales, municipales y europeas y es obvio que la temperatura va a subir en Nafarroa, porque lo que hay en juego es mucho y muy importante. El cambio ha abierto camino, llevando a las instituciones los deseos de transformación largamente fermentados en la sociedad, pero superar un entramado como la mutación navarra del régimen del 78 requiere mucho más que cuatro años de nuevas mayorías institucionales. Ese régimen, al que “Diario de Navarra” da voz (y a menudo, también órdenes) lleva cuatro años preparando su revancha y ha demostrado a lo largo de su trayectoria una gran capacidad para metamorfosearse cuando sus formas más burdas resultaban contraproducentes.
El buque insignia del régimen en los últimos tiempos fue UPN, que acaba de mostrar su incapacidad para crecer pese a coaligarse con Ciudadanos y PP. Navarra Suma ha restado, en realidad y la derecha españolista no está en condiciones de afrontar en solitario una restauración del régimen. Así las cosas, el patrocinado protagonismo del PSN, muleta de UPN en las últimas décadas, dibuja una doble opción, (a) acuerdo de régimen «puro» entre ambos incluyendo a Ciudadanos o (b) un «cambio del cambio» que sería en realidad un régimen light, tentando a Geroa Bai, Podemos y/o Izquierda-Ezkerra. Marginando a EH Bildu, que es quien establece con claridad la línea de fractura entre el régimen y la construcción de algo nuevo. Pero sea en una versión o en otra, es evidente que lo que pretenden es anular el trabajo hecho y evitar que las capas populares vuelvan a acceder a cuotas significativas de poder institucional en Nafarroa. Es decir, restaurar el predominio de las élites.
La cuestión ahora pasa por fortalecer el bloque social y político del cambio quebrando la estrategia del PSN, partido que siempre ha ido de la mano con la derecha autoritaria.