El monolito a Germán Rodríguez ha sido históricamente perseguido por los ultras y, también, por el propio Ayuntamiento de Iruñea durante anteriores gobiernos de UPN. El último ataque a la estela ocurrió en 2016. Alguien pintó una bandera española sobre la inscripción que explica qué conmemora ese pequeño monolito de la calle Orreaga. Nunca se halló al culpable.

Esa pintada, sin embargo, es el menor de los ataques que ha sufrido una estela que se colocó por iniciativa popular tras los sucesos de 1978. La primera estela, colocada al poco de suceder los hechos, fue destrozada a mazazos y, la siguiente, volada con explosivos en un atentado.

Tras el destrozo de las dos primeras piedras, se instaló un tercer monolito de bronce que aguantó 20 años, hasta 2005, cuando UPN lo quitó con motivo de la construcción de un aparcamiento que obligó a levantar toda la calle. Después, se mostró en contra de reponerla. Decidió, además, construir en aquel lugar el Monumento al Encierro, una nueva escultura que aspiraba a rellenar el vacío.

Dos años después, UPN perdió la mayoría en el pleno y la tenacidad de la asociación Hilarria consiguió que una estela volviera a recordar lo sucedido a unos pocos metros de distancia. Votaron a favor Nafarroa Bai, PSN y ANV. Durante la legislatura de Joseba Asiron, también a iniciativa popular, se colocó cerca de allí otra estatua, de la escultora Dora Salazar, en memoria de los Sanfermines del 78 y de todas las víctimas de la salvajada.

Unos días después de que el Ayuntamiento de Iruñea haya regresado al bloque de la derecha, el Gobierno toma la decisión de proteger este memorial. El nuevo alcalde, Enrique Maya, habrá de acatar. No obstante, los actos de memoria anuales en torno a la estela que, con Asiron, tuvieron carácter institucional parecen tener los días contados.

La decisión del Gobierno en funciones ha sido proteger tanto la estela de Germán como la escultura de Salazar. Lo hace a iniciativa de la plataforma SF 78-Gogoan.

El resto de espacios declarados "Lugares de Memoria" esta mañana han sido las fosas de la Tejería de Elo, Valcardera y la del Alto las Tres Cruces de Ibero, así como la GR de la fuga de Ezkaba, el Parque de la Memoria de Etxauri y la cantera de Argaitz en Bera (donde se produjeron más de 130 ejecuciones). La excavación de la fosa de Ibero y la creación de la ruta de los fugados han sido iniciativas del actual Gobierno.

La consejera de Paz y Convivencia, Ana Ollo, indicó ayer en la rueda de prensa que «el objetivo de este Gobierno es la convivencia y, en este camino, la memoria debe jugar un papel protagonista». Sobre el papel de los lugares de la Memoria, Ollo señaló que «juegan un papel fundamental a la hora de construir memoria, principalmente a través de la transmisión intergeneracional».