La 17ª edición de la Liga ACT, desde hace un par de años bajo la denominación de Liga Eusko Label, arranca esta tarde con la disputa de la X Bandera de Bilbo, una contrarreloj en la ría que, tras el acuerdo alcanzado entre la ACT y el Ayuntamiento de la capital vizcaina, va camino de convertirse en un clásico para dar comienzo a la máxima categoría de traineras.

Las doce embarcaciones participantes tomarán la salida divididas en tres tandas, respetando la clasificación final de la pasada edición. Así, en la primera tanda bogarán las dos recién ascendidas, Astillero e Isuntza, junto a Kaiku y San Pedro, 10º y 9º el pasado año, respectivamente. En la segunda tanda saldrán los que quedaron entre 8º y el 5º puesto: Ondarroa, Donostiarra, Cabo y Santurtzi, por ese orden. Y en la tanda de honor remarán las cuatro mejores de 2018: Orio, Zierbena, Hondarribia y Urdaibai, el vigente campeón.

Como todas las regatas en ría, será una crono dura, y habrá que estar atentos a la marea, que estará subiendo a la hora de la regata –empieza a las 18.00–, con la pleamar prevista para las 21.00. No obstante, la principal novedad de este verano es que las salidas se realizarán utilizando un semáforo que flotará en el agua.

Aunque las salidas más controvertidas suelen ser las de regatas en línea que se disputan en mar abierto, conviene repasar el funcionamiento del semáforo en las cronos. El semáforo se pondrá en posición neutro (luces parpadeando) para indicar que la primera embarcación puede empezar a colocarse en posición de salida. Cuando falten 5 segundos, se encenderá la luz roja para avisar de que la salida es inminente. Y en el momento de que llegue el contador a cero el semáforo se pondrá automáticamente en luz verde junto a una señal acústica.

A partir de ahí, el semáforo permanecerá en verde durante 20 segundos para certificar que la salida ha sido válida y después se apagará. Cuando falten 5 segundos para la salida de la siguiente embarcación, el semáforo volverá a ponerse en rojo. Tras estos cinco segundos se encenderá la luz verde junto a la señal acústica para dar la salida de la siguiente embarcación. Y así sucesivamente.

En cuanto a las regatas en línea, la primera mañana a las 12.00 en Zierbena, cuando se empiecen a alinear las embarcaciones el semáforo pasará a la posición neutra (todas las luces parpadean). Cuando el Juez de Salida y/o el 2º Juez-Árbitro considere que las embarcaciones están alineadas, el Juez de Salida levantará la bandera blanca. Después de nombrar cada una de las embarcaciones el Juez-Árbitro dirá “Atención” y el semáforo se pondrá en rojo. Después de una pausa clara y variable, el semáforo dará la salida a la tanda cambiando el color rojo por el verde junto a una señal acústica.

El abanico se abre

Hasta ahí los detalles técnicos, pero el verdadero interés estará en la pugna deportiva, que este año se presenta más abierta que nunca. Aunque parezca un tópico que se repite año tras año, es cierto que este curso el abanico de embarcaciones que pueden optar a ganar banderas se abre considerablemente.

Por méritos propios, hay que colocar a Urdaibai y Hondarribia en las primeras posiciones de máximos favoritos. Ambos han copado las dos primeras plazas durante los últimos años y mantienen el grueso de sus excelentes plantillas, por lo que parten obligatoriamente con un metro de ventaja.

Pero por detrás hay hasta cuatro traineras que amenazan seriamente sus opciones. Se trata, por un lado, de Zierbena –tercera el año pasado– y Orio –cuarta–, botes extremadamente competitivos que no se conformarán con estar cerca; así como Santurtzi y Donostiarra, que en su segundo año en la máxima categoría quieren dar un paso adelante para codearse con los gallos.

Lo comprobaremos a lo largo de un calendario de veinte jornadas que se prolongará hasta el 15 de setiembre, con dos parones para el Campeonato de España y La Concha.