En Bizkaia hubo más de 200 ferrerías. De ellas quedan restos de entidad de cerca de 70 y la exposición muestra las características que comparten muchas de estas instalaciones preindustriales y pone el énfasis en aquellas que destacan por su singularidad.

La muestra recoge fotografías realizadas por Santiago Yaniz, algunas captadas con drones, que forman parte del fondo de fotografías sobre el patrimonio ferrón de Bizkaia que El Pobal ha ido creando desde el año 2011 y que está compuesto por más de 2.000 imágenes.

También incluye dibujos de Javier Gandarillas, en los que se recrean las ferrerías cuando estaban en pleno funcionamiento, y una colección de dibujos de cerca de 30 ferrerías vascas, realizados entre 1907 y 1919, que actualmente custodia el Archivo Foral de Bizkaia.

La diputada de Cultura, Lorea Bilbao, destaca que la exposición ofrece «una cuidada selección de los mejores vestigios de esta industria, la del hierro, que tanto ha contribuido a forjar la identidad de Bizkaia, su economía, su paisaje y su cultura».

En función de los datos aportados por la Diputación, de las más de 200 ferrerías que hubo en Bizkaia, actualmente quedan restos «de entidad» de cerca de 70, distribuidas «por caso todos los rincones de la geografía vizcaina».

La muestra aporta, asimismo, documentos históricos inéditos. Entre ellos, destaca la colección de dibujos de cerca de 30 ferrerías vascas, realizados entre 1907 y 1919, que actualmente custodia el Archivo Foral de Bizkaia.

También podrá visionarse el vídeo “Burdinura”, que introducirá a las personas visitantes a la muestra. En la exposición se muestran, entre otros, el repertorio arquitectónico de las ferrerías de Orozko, como Torrezar, Torrelanda o Anuntzibai, la impronta de Villarreal de Berriz a lo largo de toda la cuenca del río Lea, con las «modernas presas» que diseñó, o el conjunto del Barbadun, que dispuso de una ferrería en cada kilómetro de su curso.

Asimismo, se podrá conocer la ferrería hidráulica más antigua de Bizkaia, Bengola en Munitibar, del siglo XIV, cuyos restos están integrados en un parque de interpretación de la energía; la actuación que ha sacado a la luz la ferrería de Urtubiaga, en Ea, hasta hace poco inaccesible por la vegetación que la cubría; o la que permite admirar los restos de la fandería de Olabarrieta, en Sopuerta, «ejemplo de la renovación que algunas instalaciones ferronas experimentaron en el siglo XVIII para sobrevivir».

Dentro del espacio de las carboneras, destaca una serie de imágenes de gran formato que muestran la estrecha vinculación de la industria del hierro con los principales linajes y fortunas del Señorío. Según han explicado los responsables de la muestra, «una asociación que en ocasiones ha quedado reflejada a través de ‘conjuntos de poder’, como el de Oxilain, en Markina, Bolunburu, en Zalla, Ansostegi en Etxebarria, o Bengolea en Gizaburuaga, en los que la presencia de la ferrería, junto a la casa-torre, ermita, puente o molino así lo atestiguan». La exposición ha reservado un espacio para destacar a las ferrerías que sobrevivieron a la Revolución Industrial y se mantuvieron en activo en pleno siglo XX, con un homenaje a Lebario y Pobal.