El ciclo de los Jueves de San Telmo, cuya idea es disfrutar de la música de cámara al fresco del aire libre, dio comienzo antes de ayer bajo un calor sofocante que nos hizo desear que se hubiera celebrado en interior y con aire acondicionado. Tuvo que resultar especialmente duro para los músicos, pues la música de Piazzolla exige entrega y pasión a cada instante, y esto les hizo sudar de lo lindo.

De sobra conocido en Euskal Herria, Iñaki Alberdi es también un acordeonista de referencia a nivel europeo, y aprovechó ese prestigio para reunir a un grupo de intérpretes de gran altura para acompañarle en una maratón de tangos de Piazzolla, un repertorio que el acordeonista de Irun conoce a la perfección. Algunos músicos eran de casa, como el violinista Aitzol Iturriagagoitia o el violonchelista David Apellániz, otros de un poco más lejos, como el pianista Luis Fernando Pérez o la magnífica contrabajista Uxía Martínez Botana, que desde la aparente discreción de la línea de bajo mostró una musicalidad exquisita.

El espectáculo giró en torno a las “Cuatro estaciones porteñas” de Piazzolla, una de sus obras cumbres en ese delicado encuentro entre el tango y la música clásica que practicó el argentino. Las versiones que ofrecieron los cinco músicos se decantaron más por este último estilo, sin renunciar a la espontaneidad y a cierto carácter improvisatorio. Todos los músicos tuvieron ocasiones para lucir su calidad, pero fue el propio Alberdi quien, desde ese acordeón que es a la vez solista y tejido conjuntivo de todo el grupo, realizó un trabajo más imponente.