Gero Rulli, sin sitio en la Real tras la llegada de Álex Remiro, intentará encontrar esos minutos en el Montpellier, localidad a la que ayer viajó con permiso del club txuri urdin para pasar el pertinente reconocimiento médico. Si todo transcurre como es normal, el guardameta argentino recalará en calidad de cedido en el conjunto que la campaña pasada quedó sexto en la Ligue1.

En su positiva valoración de la pretemporada, el técnico de la entidad guipuzcoana, Imanol Alguacil, ya dejó claro que la plantilla tenía demasiados efectivos y que había que activar la operación salida. Esta ha empezado por la portería, donde el preparador de Orio tenía overbooking de efectivos y la posibilidad de generarse situaciones de descontento a futuro, dado que Remiro apunta a que será el titular indiscutible.

De este modo, se evita un problema en el vestuario txuri urdin, aunque será de manera provisional, dado que el guardameta argentino tiene contrato con la Real hasta 2022. Después de dos campañas a préstamo en las que ofreció su mejor versión y fue objeto de deseo de otros clubes importantes, el platense fue fichado por la Real, que abonó siete millones por el 70% de sus derechos deportivos.

Un descenso en su rendimiento y las lesiones forzaron al club a incorporar a Moyà a finales de febrero de 2018, con lo que Rulli se vio obligado a compartir protagonismo con el meta balear. Pese a no realizar una mala temporada el pasado ejercicio, ahora se entiende que la mejor salida es su cesión para que no pierda valor de mercado.

Empate en Donibane Lohizune

La Real femenina empató contra el Girondins (2-2) en su segundo encuentro amistoso de la pretemporada, que se disputó en Donibane Lohizune y cuya recaudación fue destinada a Seaska. Fueron las txuri urdines las primeras que se adelantaron en el marcador por mediación de Olaizola, pero las bordelesas reaccionaron con dianas de Garbino y Asseyi. Finalmente, un penalti transformado por Carla Bautista en el tiempo de descuento equilibró la balanza.