La Corte de Casación francesa aceptó ayer los recursos presentados por la Fiscalía contra la decisión de liberar al histórico dirigente de ETA Josu Urrutikoetxea, adoptada el 19 de junio por el Tribunal de Apelación de París. Una decisión que, por cierto, nunca llegó a materializarse, ya que el «parquet antiterrorista» bloqueó su ejecución.

Para ello, envió a agentes de la DGSI (Dirección General de Seguridad Interior) a La Santé para evitar la salida de prisión. De forma paralela, apeló a la Corte de Casación, que analizó los recursos contra la orden de libertad, el pasado día 10, y emitió ayer el fallo que respalda la demanda del Ministerio Público, lo que obligará a fijar una nueva audiencia para estudiar la demanda de libertad, motivada por el delicado estado de salud de Urrutikoetxea.

En todo caso, esta decisión no altera la situación del preso de Ugao, que convalece de una intervención de próstata en la prisión de la Santé. Tampoco cambiará gran cosa el calendario judicial al que se enfrenta la persona que leyera la declaración por la que ETA anunció su desaparición, en mayo de 2018.

Ya el pasado 12 de setiembre, Urrutikoetxea compareció ante el Tribunal Correccional, que dio por buena la denuncia de fallos de procedimiento realizada por la defensa en la causa relativa a la condena en rebeldía que la Justicia gala le impuso en 2017, por lo que decidió remitir nuevamente el informe al juez instructor, ello mientras se dirime la cuestión de fondo sobre la competencia de la causa. El citado tribunal no volverá a abordar ese dosier hasta marzo de 2020.

La Justicia francesa tiene igualmente pendiente el análisis de una condena anterior, pronunciada en 2010, también en rebeldía, y recurrida como la de 2017 por la defensa.

El exparlamentario vasco tendrá una próxima cita con los tribunales el 16 de octubre para analizar dos peticiones de entrega remitidas por la Audiencia Nacional española: la primera relativa al caso de las herriko tabernas, y una segunda referida al atentado cometido por ETA en diciembre de 2004 en la T4 del aeropuerto de Barajas, en el que fallecieron dos personas. Siguen sin fecha las causas referidas a acciones armadas de la década de los 80 del siglo pasado y activadas por Madrid tras su detención, el pasado 16 de mayo en los Alpes.