El lehendakari presentó ayer al Consejo de Gobierno un primer borrador de una futura Ley de Memoria Histórica cuyo proyecto no tiene todavía siquiera fecha de aprobación y que será difícil que se cierre en esta legislatura.

Al mismo tiempo, el portavoz del Ejecutivo, Josu Erkoreka, adelantó que emitirán un criterio desfavorable a que el Parlamento tome en consideración la proposición de ley sobre Memoria Histórica que ya tienen redactada EH Bildu y Elkarrekin Podemos porque recoge la Iniciativa Legislativa Popular de la Plataforma Vasca Contra el Franquismo. ¿Porque es mala? No. Erkoreka reconoció que «hay muchos elementos en común» y que «la filosofía subyacente es la misma», aunque también hay diferencias. ¿Cuál es entonces el problema? Según las palabras textuales del portavoz, «porque el Gobierno aspira a que el Parlamento dé prioridad y que articule el debate» en función de su proyecto, que ese sea «el eje central del debate».

En febrero, era innecesaria

En noviembre de 2017, PNV y PP, con la abstención del PSE, rechazaron la toma en consideración de un proyecto de ley de Elkarrekin Podemos de «reparación de víctimas del franquismo». A los dos días, Joseba Egibar hizo «autocrítica» porque «por estética» quizá deberían haber votado a favor, aunque la responsabilidad le corresponde al Estado.

En febrero de 2018 rechazaron una proposición de ley de Memoria Histórica presentada por EH Bildu, que el PNV consideró un ataque a la labor realizada por las instituciones.

Un año después, la Plataforma Vasca Contra el Franquismo expuso ante la Comisión de Derechos Humanos la necesidad de un Ley propia de Memoria Histórica. El parlamentario del PNV Juan Carlos Ramírez-Escudero aseguró que «no es necesaria», porque sin ley, la CAV ya iba muy por delante de otras comunidades.

En julio la Plataforma registró una Iniciativa Legislativa Popular sobre Memoria Histórica, y a los pocos días el Gobierno anunció que estaba preparando una, aunque en febrero no la veía necesaria.

Ahora, Lakua insiste en que su proyecto sea el único que se debate en el Parlamento, pese a que no se sabe cuándo podrá ser esto.