La diáspora vasca del siglo XXI se da cita en Bilbo para tejer redes
La diáspora vasca del siglo XXI, en un mundo globalizado y con la actual movilidad internacional de la juventud, es uno de los principales ejes de debate en el VII Congreso Mundial de Colectividades Vascas, que arrancó ayer en Bilbo bajo el lema «Saregintzan» y que se cerrará mañana. «El regreso de la diáspora es una asignatura pendiente y uno de los aspectos a desarrollar desde el punto de vista legal», subrayó el lehendakari Iñigo Urkullu en la inauguración.
El VII Congreso Mundial de Colectividades Vascas, que comenzó ayer en Bilbo bajo el lema «Saregintzan», reúne a más de 150 representantes de comunidades vascas en un total de 21 países, además de distintos representantes institucionales.
El congreso, que se celebra con carácter cuatrienal, tiene como objetivo promover el encuentro, trabajo y colaboración entre las colectividades y las instituciones vascas.
En esta edición, la «columna vertebral» del encuentro son las mesas de debate, donde cada mesa se compone de un representante por país de forma aleatoria. En cuanto a la temática a debatir, esta tiene un carácter «plural y diverso».
También se tratará sobre la trayectoria y el funcionamiento de las Euskal Etxea y los programas puestos en marcha para atender sus necesidades. Al final propondrán un documento de conclusiones que será recogido en el Plan Cuatrienal 2020-2023, a desarrollar en los próximos cuatro años por el Ejecutivo de Lakua. El acto de clausura se celebrará mañana viernes en la sede de Lehendakaritza, en Gasteiz, y correrá a cargo del propio lehendakari Iñigo Urkullu, quien también ayer ejerció de maestro de ceremonias en la inauguración celebrada en el palacio Euskalduna de Bilbo.
Durante su intervención, Urkullu aludió a las conclusiones recogidas en una encuesta elaborada por el Departamento de Acción Exterior de Lakua, en la que han participado 3.200 personas con orígenes vascos que viven en el exterior.
El lehendakari recordó que los resultados reflejan que el 58% de los encuestados que residen fuera han expresado su deseo de volver a tierras vascas, por lo que, destacó, «el regreso [de la diáspora] es una asignatura pendiente y uno de los aspectos a desarrollar desde un punto de vista legal».
«Red global»
Urkullu afirmó que «las relaciones entre la diáspora y sus países de origen han dejado de ser bilaterales para ser una red global». Pese a ese cambio, cree que comparten «un mismo objetivo». «Seguir siendo un referente internacional a la hora de establecer las políticas diaspóricas del siglo XXI, porque todo lo que hagamos ahora será fructífero para el futuro de la Euskadi global que estamos construyendo juntos», abundó, haciendo alusión a unas palabras pronunciadas por el lehendakari José Antonio Agirre, quien en 1956 puso en marcha el primer Congreso Mundial Vasco para aunar fuerzas y proyectar una imagen positiva en aquellos momentos tan difíciles.
Iñigo Urkullu hizo también un llamamiento a las personas presentes en la cita para reflexionar sobre «qué puede hacer Euskadi» por las colectividades vascas en el exterior, así como que es lo que ellas pueden hacer por la «Euskadi global que queremos tejer juntos». «Os emplazo a que hagáis esta reflexión conscientes del momento que estamos viviendo y que nos aportéis, desde vuestra experiencia y trayectoria, las sugerencias y propuestas para el Plan Cuatrienal de Acción Institucional 2020-2023».
Nuevo contexto
Por su parte, la Secretaria de Acción Exterior de Lakua, Marian Elorza, resaltó asuntos centrales del congreso como la globalización y las redes en su relación con la diáspora y la nueva diáspora derivada de la movilidad de la juventud.
Remarcó asimismo que este congreso es, «sobre todo, un punto de encuentro para las colectividades vascas en el exterior y las instituciones» y actúa «como elemento de cohesión y como foro de debate y de reflexión sobre los retos de futuro».