Una llamada telefónica ha cambiado por completo la vida de Yaser Hamed Mayor. Se quedó en shock cuando se dio cuenta de que al otro lado estaba el seleccionador de Palestina, el argelino Noureddine Ould Ali, según nos cuenta en entrevista realizada en el caserío Mendibile de Leioa. Ha pasado una semana del histórico partido entre Palestina y Arabia Saudí en Cisjordania que acabó con empate a cero. Era la primera vez que los saudíes aceptaban jugar un partido en territorio palestino ya que muchos países árabes se niegan a tener que pasar por las fronteras israelíes. Miles de palestinos salieron a las calles, con el estadio a rebosar. «Lo viven con locura y un ambiente espectacular» cada vez que juega su selección. Yaser habla con pasión y entusiasmo. Era consciente de que podía jugar por vínculos familiares con las selecciones de Palestina y Catar. Casos similares se repiten con cada vez más asiduidad en el fútbol vasco. Desde la internacionalidad con Venezuela de Fernando Amorebieta, nacido en el país caribeño al ser hijo de un pelotari, a jugadores del Athletic como Kenan Kodro, internacional con Bosnia, y Ganea, que ha jugado con Rumanía. En el fútbol de bronce están el delantero del Arenas Gorka Luariz, citado por Guinea, o Atangana, portero del Leioa criado en Bilbo y que ha sido llamado por Camerún en categorías inferiores.

UPV, Athletic y selección vasca

Con 21 años, Yaser compagina sus estudios de Ingeniería Química con el fútbol. Estudia en euskara en Leioa, localidad en la que se ha criado. Su padre proviene de Gaza y emigró hace varias décadas. Primero estuvo en Madrid y tuvo la posibilidad de probar con el Rayo Vallecano, pero la familia le dijo que se dedicara a estudiar y recaló en la facultad de Medicina de la UPV. Ahí conoció a su madre, que es de Miranda de Ebro, y se establecieron en la localidad vizcaina. Son cinco hermanos entre 24 y 12 años. Yaser es el segundo, el cuarto también ha sido citado por las categorías inferiores de Palestina por recomendación de Yaser. Toda la familia, en especial la de su padre, está muy orgullosa de que haya podido representar a Palestina.

La carrera futbolística de Yaser no ha sido un camino de rosas. Estuvo cinco años en la cantera de Lezama hasta cadetes, donde coincidió con jugadores como Córdoba, Unai Núñez, Villalibre y Larrazabal, que solía ir a entrenar con ellos. Después ha pasado por numerosos equipos como el Arenas, Santurtzi, Gallarta y también el Leioa en Segunda B, además de realizar una pretemporada con el Barakaldo. En la actualidad, juega en el Portugalete de Tercera División. Algo insólito para un futbolista internacional ya que es un club semiprofesional en el que perciben una cantidad de dinero que le ayuda para sus gastos y pagar el coche, pero no para independizarse.

Revela que además de las sesiones con su equipo entrena todos los días por su cuenta con un preparador personal y que apenas tiene tiempo libre. Sin embargo, considera que es una «motivación» ver que todo el trabajo está dando sus frutos. A raíz de los partidos jugados con Palestina, ha recibido ofertas interesantes de ligas asiáticas. «Es un escaparate», destaca. Estuvo probando también con el Sporting de Braga, pero ha preferido tomar las decisiones con calma para poder seguir con sus estudios. Tiene contrato con el Portugalete hasta final de temporada, aunque no descarta una salida en el mercado de invierno. Tiene claro que su objetivo es ir tirando «hacia arriba» e intentar hacer camino en el fútbol profesional. «Mi sueño es jugar en el Athletic, en Primera y en San Mamés», asegura. En este sentido, comenta que ha jugado con la selección vasca amateur que disputa el campeonato de Europa de regiones y que desde la Federación Vasca vieron con buenos ojos el planteamiento que les trasladó para organizar un amistoso entre Euskal Herria y Palestina.

Goles, titularidad y posibilidades

Yaser ha disputado siete partidos con la selección palestina en los últimos meses y desde el inicio se ha hecho con un hueco en el once titular, marcando además dos goles, el primero en su estreno con la selección. Es un central con envergadura, mide 1,88 metros, y que va bien de cabeza en jugadas de estrategia. «Rápido al corte y contundente», según se define. Contactamos con la cuenta @FutbolPalestine, que sigue la actualidad de la selección, para conocer el impacto que ha tenido en el equipo y destacan que es «un gran jugador con futuro». Además de la capacidad goleadora, apuntan que Palestina ha logrado mantener la portería a cero en cuatro de los partidos que ha jugado: «A ver cómo se desarrolla su carrera, aunque todo indica que está capacitado para jugar a un nivel más alto que la Tercera División».

Los jugadores de la selección de Palestina son profesionales y juegan en ligas de Suecia, Estados Unidos, Suiza, Chile –donde hay un equipo que se llama Club Deportivo Palestino– o también en Marruecos y Egipto. Muchos de ellos provienen de la diáspora palestina como Yaser, que nunca había estado en la tierra de origen de su padre. No practica ninguna religión y se quedó impactado la primera vez que los jugadores se pusieron a rezar en el entrenamiento. Relata un episodio en el aeropuerto de Tel Aviv en el que estuvo retenido durante horas y cómo vieron desde el autobús enfrentamientos a pedradas entre palestinos con soldados israelíes. Dice que en ambos casos sus compañeros se reían viendo su cara de preocupación y le dijeron que era habitual. Desde que conoció que iba a ser citado se ha puesto a estudiar árabe para poder hablar en el campo y relacionarse.

Está convencido de que cuentan con posibilidades para pasar a la siguiente fase de las clasificatorias para el Mundial. En noviembre se cierra la primera vuelta y son terceros con 4 puntos. Uzbekistán y Arabia Saudí, que tienen 6 y 5 puntos respectivamente, se enfrentan entre sí. Palestina juega contra Yemen, última clasificada. Recuerda que se impusieron por 2-0 a Uzbekistán, líder del grupo, y que les faltó acierto para ganar a una selección mundialista como Arabia Saudí.

Una selección oficial desde 1998, superando adversidades a diario

La guerra y ocupación israelí ha impedido un desarrollo normalizado de la selección de fútbol de Palestina. Reconocida oficialmente por la FIFA desde 1998, tiene también una sección femenina, y debe hacer frente a todo tipo de adversidades. Desde detenciones de jugadores –el delantero Sameh Maraba estuvo en prisión durante meses en 2014 tras ser relacionado con Hamas– a campos de entrenamiento y estadios que han sido bombardeados o los problemas para los desplazamientos de los jugadores. Este sigue siendo el principal escollo con el que se encuentra la selección ya que los futbolistas que juegan en Gaza no pueden ser citados por el bloqueo israelí. En la actualidad tan solo dos jugadores, el capitán Abdelatif Bahdari y el delantero Mahmoud Wadi, que juegan en Egipto, provienen de la Franja. Al igual que le ocurrió a Yaser, Wadi fue retenido en el aeropuerto y le impidieron llegar a la concentración con la selección antes del partido ante Uzbekistán hasta el día anterior. Según destacan desde la cuenta en twitter @FutbolPalestine, en la última década se han producido avances importantes tras la creación de la liga profesional en el territorio de Cisjordania desde 2008 promocionando jugadores y las dos clasificaciones consecutivas para la Copa de Asia. Con una población de 12 millones, si se tiene en cuenta la diáspora y refugiados, y unos 5 millones en el Estado de Palestina, con más de un 30% de la población menor de 14 años, jugadores no les van a faltar. Como destacaba el centrocampista Nazmi Albadawi, nacido en USA, a un medio asiático antes de un partido clasificatorio «somos un pueblo de luchadores y entre todos vamos a pelear mano a mano para conseguir los mejores resultados».Manex ALTUNA