Iñaki LEKUONA
Periodista
AZKEN PUNTUA

«Je m’accuse»

Cerca de un millón de espectadores se ha acercado a las salas de cine francesas en la semana de estreno de la última cinta de Roman Polanski, un viaje al antisemitismo y al nacionalismo francés de finales del XIX en el que el capitán alsaciano Alfred Dreyfus, acusado de germanófilo y de traidor, fue públicamente defendido por el escritor Émile Zola en su ya célebre artículo “J’accuse” que da título al filme. Pero resulta que el yo acuso que ha marcado esta semana lo ha pronunciado una mujer, la fotógrafa Valentine Monnier, que ha decidido cuatro décadas después contar cómo el director polaco la golpeó y la violó cuando ella tenía 18 años, cinco más de los que tenía su primera víctima y por la que aún Polanski está perseguido en EEUU.

El filósofo Alain Finkielkraut, quizá soñando en ser un Zola moderno, ha querido defender a su compatriota de origen, animando sarcásticamente a los hombres a violar a sus mujeres: «yo violo a diario a la mía». Y ha dejado entender que la primera víctima, la de trece años, ya había mantenido relaciones sexuales «con un amigo», como si una niña desvirgada fuera automáticamente violable. El sábado en Baiona 300 personas se concentraron para denunciar que en el Hexágono se da un feminicidio cada dos días. Y que una mujer es violada cada siete minutos. Y que somos varios millones los espectadores.