Ciudadanos y ciudadanas de Ipar Euskal Herria que han padecido la cárcel o el exilio comparecieron en la Catedral de Baiona para mostrar su preocupación ante «las ultimas decisiones judiciales que se han tomado en el Estado francés» y emplazar al presidente Emmanuel Macron a que actúe con responsabilidad histórica, «acometiendo una vía razonable para materializar el proceso de excarcelación de todos los presos».

Los expresos y exiliados advirtieron que no aceptaran que Ion Parot, Jakes Esnal y Xistor Haranburu sean «condenados a muerte o que se mantenga a Ibon Fernández en la cárcel poniendo en peligro su vida». En ese sentido, hicieron un llamamiento a la sociedad para que «participe activamente en las iniciativas que se están impulsando a favor de las y los presos y refugiados políticos vascos».

Decisiones políticas

Gabi Mouesca, que ayer ejerció de portavoz, recalcó la importancia de «actuar conjuntamente como pueblo». El expreso de Baiona declaró que «los pasos que se han dado no han venido porque el Estado francés haya tenido voluntad de resolución, sino porque hemos actuado conjuntamente como pueblo».

En el mismo sentido, Saroia Galarraga subrayó la importancia de «conseguir la resolución integral de las consecuencias del conflicto» y añadió que «tenemos que construir de manera conjunta un futuro basado en la resolución y en la paz».

Sin embargo, advirtieron de que las últimas decisiones tomadas por tribunales franceses demuestran que el Gobierno de Macron va en otra dirección. Recordaron los argumentos esgrimidos por el Ministerio público, que «niegan completamente la evolución que ha experimentado la situación de Euskal Herria». «Si hubieran aplicado esos argumentos con los que estamos aquí, todavía estaríamos en la cárcel», aseguró Mouesca. El expreso agregó que «esos argumentos no tienen ninguna base jurídica y son decisiones meramente políticas».

Los portavoces hicieron saber que remitirán el comunicado a diferentes asociaciones, sindicatos y partidos políticos. También harán llegar la misiva al presidente, Emmanuel Macron.

Aportación de los presos

Saroia Galarraga rememoró algunos de los «logros conseguidos» durante los últimos años, tales como el acercamiento de los prisioneros vascos a las cárceles de Mont de Marsan y Lannemezan, la retirada del estatus DPS en la mayoría de los casos, o la excarcelación del preso gasteiztarra gravemente enfermo Oier Gomez, que murió en Baiona en 2019 y al cual dedicaron sentidas palabras de recuerdo.

Asimismo, hicieron referencia a la necesaria liberación de los presos y al fin de la persecución, porque «para llevar un proceso de paz hasta el final, hay que superar las situaciones de excepción y alcanzar un escenario sin presas ni presos, y sin refugiadas y refugiados».

Los asistentes mostraron su «total apoyo a las compañeras y compañeros que permanecen en las celdas de las prisiones y en diferentes rincones del mundo». «Siempre les tenemos en nuestro recuerdo y en nuestros corazones», concluyó Gabi Mouesca. También destacaron la «aportación» hecha por el Colectivo de Presas y Presos Políticos Vascos en el escenario abierto tras el cese de la lucha armada. Mouesca insistió en que «se ha abierto de par en par la oportunidad histórica de llevar hasta el final el proceso de resolución».

La Catedral de Baiona

Al comienzo del acto, Jon Irazola recordó el carácter «simbólico» que tiene la Catedral de Baiona para los represaliados vascos, puesto que la basílica de Santa Maria ha sido el lugar en que se han desarrollado numerosas protestas y huelgas de hambre a lo largo de la historia reciente. Como por ejemplo, la encerrona que realizaron en mayo de 1995 los confinados que decidieron romper la asignación de residencia que les habían impuesto, militantes entre los que se encontraba el propio Irazola.

Entre las cerca de cuarenta personas que secundaron la rueda de prensa se encontraban militantes históricos como Eloi Uriarte, o Joxe Manuel Pagoaga, Peixoto, junto a militantes de diferentes generaciones, como Grazi Etxebehere, Argi Perurena, Mikel Irastorza, Lorentxa Gimon, Kizkitza Gil de San Vicente o Mikel Barrios.

Los congregados aseguraron que no es su «vocación» ser un agente político. No obstante, quisieron mostrar su «preocupación por la situación de bloqueo», igual que hicieron en otros momentos concretos.