Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - RETABET BILBAO BASKET

Rejonazo a Sito Alonso en Murcia y a mirar a la Copa

Los hombres de negro supieron sobrevivir a un partido malo, feo y de muchísimo contacto. Balvin mantuvo con vida a los hombres de negro en la primera mitad, pero fue Bouteille, autor de 10 de sus 20 puntos en la segunda con triple ganador, el héroe definitivo.

UCAM MURCIA 56

R. BILBAO BASKET 57


¿Se puede ganar fuera de casa en la Liga ACB anotando solo 57 puntos y con un 3 de 20 en triples? Casi nunca. No obstante, el «casi» fue el triunfo que RETAbet Bilbao Basket arrancó ayer de las fauces de la derrota en el Palacio de los Deportes Municipal de Murcia, una plaza en la que los hombres de negro han padecido dolorosísimas derrotas –dos por la mínima–, pero que ayer salió cara.

Octavo triunfo para los discípulos de Alex Mumbrú, que pese al desacierto se vaciaron y buena falta tuvieron de ello. Las crónicas dirán que Bouteille anotó el triple ganador a 16 segundos del final y que en la última jugada erraron Askia Booker, Jarrell Eddie y el palmeo a la desesperada de Rafa Luz, que se escapó fuera después de hacer la corbata en el aro.

No obstante, la brega fue de todos, y así, Ondrej Balvin merece reconocimiento porque mantuvo con vida a los vizcainos cuando nadie conseguía anotar –Sadiel Rojas le amargó la noche a Bouteille hasta que el dominicano fue expulsado por faltas–, el 14 de 16 en tiros libres fue providencial, así como el cuarto período de Ben Lammers, capaz de sostener a Bilbao Basket en defensa y en ataque cuando Balvin se resentía de un golpe en la muñeca izquierda.

Octavo triunfo, épico para despedir por todo lo alto un inolvidable 2019 y que supone la candidatura, ahora sí, para que los hombres de negro disputen la Copa y que, por otro lado, supone un rejonazo casi definitivo para UCAM Murcia, que sumó ayer su séptima derrota consecutiva, por no hablar de un Sito Alonso que quizá a estas horas haya sido despedido.

Los hombres de Mumbrú tuvieron mil defectos, pero supieron ponerse al nivel físico que impuso el bando local, sin rehuir jamás la pelea. Gracias a ello, a los muchos errores del bando pimentonero y a los héroes subterráneos del bando vizcaino –tremendo Sergio Rodríguez en defensa y rebote–, pudo emerger Bouteille para darle el golpe de gracia al partido.