Amaia U. LASAGABASTER
PRIMERA FEMENINA

El Barcelona manda con un ritmo que nadie puede seguir

El equipo culé se mueve en números similares a los de la temporada pasada pero cierra la primera vuelta con siete puntos de ventajasobre el Atlético. El Athletic llega al ecuador con protagonismo de las más jóvenes y la Real con una mejora notable de su rendimiento.

La Liga cierra la primera vuelta con el Barcelona al frente de la clasificación. Y es casi imposible encontrar a quien se atreva a augurar una resolución diferente para el campeonato. Los siete puntos de ventaja de las azulgranas, que aspiran no sólo a reconquistar el título, sino a volver a triunfar en Europa, invitan a pensar en una segunda vuelta con más emoción en la pelea por el segundo puesto y el correspondiente billete a Champions –hay cuatro puntos entre Atlético y Levante, aunque tampoco parecen fácilmente salvables por el equipo granota– que en el mano a mano liguero que se ha vivido en las últimas temporadas, cuando se ha llegado prácticamente hasta la última jornada sin certificar el nombre del campeón.

A día de hoy, nadie es capaz de seguir el ritmo del Barcelona, que camina con paso firme hacia su quinto título tras cuatro años de sorprendente espera, en los que ha tenido que hincar la rodilla ante Athletic y Atlético. Lo más llamativo es que la situación, inédita en los últimos tiempos, no se debe tanto a la mejoría del líder –y eso que el salto de calidad, ya altísima, que ha pegado su plantilla con el fichaje de Oshoala el pasado inverno y Graham Hansen este verano es impresionante–, como al bajón de su «archienemigo». El Barcelona apenas tiene dos puntos más que el año pasado a estas alturas –en comparación con la jornada 14 de la 18/19, más ajustada ya que este curso no se ha disputado la novena por la huelga de las futbolistas–, cuando, como ahora, era el único equipo de la Liga que no había encajado una sola derrota. Pero es que el Atlético, líder entonces con un punto de ventaja, ha sumado ahora seis menos en esos mismos partidos. Catorce jornadas en la que, junto a los puntos, la principal diferencia radica en los goles: hace un año el equipo colchonero había marcado 49, tres más que su rival; este año son 29, 17 menos que las catalanas. No hay que ser demasiado perspicaz para entender el daño que le ha hecho al vigente campeón el regreso de Jenni Hermoso –máxima goleadora el curso pasado, de nuevo en cabeza ahora– al Barcelona o, en menor medida, el de Andrea Falcón o la marcha de Esther al Levante. A lo que hay que añadir que ni las jugadoras que siguen –Ludmila, Ángela Sosa– han rendido hasta ahora como en años anteriores, ni lo están haciendo las incorporaciones. Torrecilla, Toni Duggan o Charlyn Corral –imparable en el Levante, pitxitxi hace dos años, llevaba diez goles hace uno y seis ahora– no están dando todo lo que se esperaba. Sólo Leicy Santos responde, sobradamente, a las expectativas. Y habrá que ver si lo hace también Deyna Castellanos, una de las grandes promesas mundiales que, tras su exitoso paso por el fútbol universitario estadounidense, acaba de convertirse en jugadora del Atlético.

Es más difícil saber si el bajón de las colchoneras hay que apuntárselo exclusivamente a su demérito o si tiene algo que ver el mayor nivel general de la categoría, algo en lo que las futbolistas insisten cada temporada y que se traduce bien en una mayor igualdad, bien en el buen papel de equipos que parecían destinados a pelear por mantener la categoría. Esta temporada hay dos ejemplos evidentes: el EDF, que en su segunda temporada en la categoría cierra la primera vuelta en la sexta plaza, y sobre todo el Deportivo. Debutante en Primera, y aunque empieza a ceder terreno, el equipo gallego se codea con los mejores desde que comenzó la Liga –apenas ha encajado tres derrotas y la primera no llegó hasta la octava jornada, cuando cayó ante el Atlético–.

Bastante peor le va al otro recién llegado. Un Tacón al que no le faltan estrellas –Asllani y Jakobson, ahí es nada– pero que, en este año de transición hasta que se convierta definitivamente en el Real Madrid, está sufriendo más de lo que ha disfrutado. Se ha alejado, en cualquier caso, del descenso, que tiene un candidato destacado. Un histórico como el Espanyol, que prolonga su descenso y que cierra la primera vuelta en la última plaza y sin haber celebrado una sola victoria, el único equipo que no lo ha conseguido.

Le acompaña el Betis, ya en manos de Pier Cherubino. Su «ex», el Granadilla, tampoco lo está pasando bien, al igual que Madrid, al que tampoco le funcionan los fichajes «mediáticos» o Valencia.

Paso a la juventud

Entre unos y otros, aunque más cerca de los primeros, se mueven los dos equipos vascos. El Athletic ocupa la quinta plaza, una menos que el año pasado y también con un par de puntos menos. Consecuencia en parte del flojo arranque de su nuevo proyecto, liderado por Ángel Villacampa, al que las bajas han pasado factura y en el que las nuevas generaciones reclaman protagonismo. Desde Damaris o la recuperada Maite Oroz, más asentadas, hasta las irrupciones de Oihane Hernández, Valdezate o, sobre todo, Ane Azkona.

Juventud es algo de lo que vuelve a presumir la Real que, pese a un pequeño bajón mediada la primera vuelta, la completa con muy buenas sensaciones. Y con seis puntos más que hace un año... si es que no son nueve –si gana su encuentro aplazado con el Deportivo alcanzará los 25 puntos y la cuarta plaza–. Una mejoría notable para un equipo que, más allá del impulso copero, ve cómo su talentosa línea atacante empieza a coger velocidad de crucero.