Jugadores a seguir
Un jugador de Islas Salomon busca dinero para jugar en Europa, Ibrahimovic redebuta en Italia y Wayne Rooney en la Segunda inglesa.
El cachorro Ohian Sancet ha sido incluido por la UEFA entre el medio centenar de jóvenes diamantes a no perder de vista en este 2020, aunque la mayoría de esas miradas se las llevarán chavales como el talentoso Eduardo Camavinga (17 años) en las filas del Lens; el prometedor adolescente Rayan Cherki, que se convirtió el 4 de enero en el jugador más precoz en marcar gol con el Lyon, con tan solo 16 años y 140 días, superando, por ejemplo, a Ben Arfa o Karim Benzema; el brasileño gunner Adrian Martinelli (18) del que ha hablado maravillas el mismo Jurgen Klopp; el ‘dragón’ Tomás Esteves por el que el Porto ha rechazado ofertas; o el culé Ansu Fati.
Pero en quien preferimos reparar en estas líneas es en un futbolista de nombre Joses Nawo, que a sus 31 años ha estado a punto de convertirse en el primer jugador de las Islas Salomon (al noroeste de Australia) en jugar en Europa, aunque sea en una liga menor como la de Malta. Y decimos ha estado a punto porque de momento no ha conseguido ni de lejos reunir el dinero necesario para pagar el viaje desde Oceanía, incluidos los tres vuelos necesarios para aterrizar en la otra punta del mundo, y la estancia durante los días que se alargue la prueba con el Tarxein Rainbows.
Necesita 3.000 euros de los que ayer no llevaba recaudados vía campaña en internet ni siquiera 800. Por cierto, ¿recuerdan al ariete Sinama-Pongolle, entre otros ex del Liverpool o Atlético? A sus 35 años juega actualmente en el JS Saint-Pierroise (20 ligas locales en su haber) de las Islas Reunión (al este de Madagascar), a 9.176 kilómetros de Niort, en la metrópoli francesa, distancia que viajó su modestísimo club para dar la campanada –‘‘L´Equipe’’ le dio su portada– y eliminar en los 1/32 de final de la Coupe de France a un equipo de la Ligue 2; el último antecedente de algo similar se remonta a 1989, cuando la gesta fue protagonizada por un equipo de la Guyana Francesa. Por cierto, de las filas del JS Saint-Pierroise han surgido futbolistas del calibre de Dimitri Payet, Djbril Cissé, Jean-Pierre Papin e incluso la gran leyenda camerunesa Roger Milla.
Talentos en ciernes como el que avalan los 44 millones pagados este mercado invernal por la Juventus al Atalanta por el mediocampista sueco de 19 años Dejan Kulusevski, pero también figuras ya en su ocaso como Mario Mandzukic, a sus 33 años, fichando por el qatarí Al-Duhail, el argentino Daniel Osvaldo (33) regresando al Banfield tras tres años alejados de los terrenos, pero sobre todo la vuelta a los ruedos europeos de Zlatan Ibrahimovic.
Balotelli, gol e insultos racistas
Dejó la MLS para fichar por un Milan en la parte baja de la Serie A, debutó el lunes ante la Sampdoria en San Siro, jugó 35 minutos y a su equipo no le dio para pasar del 0-0. «A mis 38 años he recibido más ofertas que cuando tenía 20», comentó tras vestirse de rossonero. En la antesala de su estreno, aseguró que era tres veces mejor que Cristiano Ronaldo y el luso respondió con tres goles con la Juventus. No fue el único revés para ‘Ibracadabra’: tras comprar en noviembre acciones del Hammarby de su país, los hinchas del Malmö, su ex-club, han destrozado la estatua que ellos mismos le erigieron en octubre pasado.
Mario Balotelli, otro de nuestros ilustres favoritos, también vivió la cara y la cruz esta jornada en Italia, y esto último no lo decimos porque estrellara su vehículo el día de Año Nuevo contra el garaje de su vecino. Su Brescia recibía a la revelación Lazio (1-2), y Why always me? adelantó a su equipo firmando el primer gol en Serie A de la década, lo mismo que había hecho diez años antes en el fútbol italiano cuando militaba en el Inter; lo malo es que el duelo se detuvo por cánticos racistas contra él desde la hinchada laciale, ninguna novedad conocido el pelaje de los ultras de la Lazio, cuyo club ha sido multado con 20.000 euros. La vida sigue igual en el Calcio.
El primer gol oficial de 2020 fue en propia puerta, obra de Tomoya Inukai, del Kashima Antlers, en la final de la Copa del Emperador, ganada por el Vissel Kobe de Andrés Iniesta y en el que se retiró del fútbol jugando sus últimos minutos –entró por el alemán Lucas Podolski– el ‘Guaje’ David Villa. Hiroshi Mikitani, propietario de Rakuten, tiene su primer título con el club que compró en 2004. Muchos más goles es lo que espera el Borussia Dortmund de su flamante fichaje, el goleador de 19 años del Red Bull Salzburgo –28 goles en 22 partidos en el último semestre– que media Europa pretendía, el noruego Erling Haaland, por solo 20 millones.
El derbi de Tanzania
No tiene su caché, pero la afición del Aris Salónica no olvidará el nombre del tarraconense Fran Vélez, autor de los cuatro goles en el 4-2 del caldeado derbi ateniense ante el PAOK, que llegaba tras 51 partidos sin perder en liga. Dos horas antes el estadio estaba casi lleno, el duelo se retrasó diez minutos después de que ambas aficiones prendieran unas 5.000 bengalas, fútbol en estado puro como el que también se vivió en el derbi etíope –el Bayern de Munich abrió en abril en este país del Cuerno de África su primera academia africana– entre Fasil Kenema y Bahir Dar Kenema, con un estadio lleno que obligó a miles de personas a seguirlo desde una montaña adyacente. O en el clásico de Tanzania –que data desde 1936– entre el Simba y el Young Africans, en un National Stadium de la capital Dar es Salaam –Casa de la Paz, en árabe– abarrotado con más de 70.000 hinchas y arbitrado por por la colegiada Jonesia Rukyaa, una de los seis trencillas acreditados por la FIFA en Tanzania.
Hablamos del también conocido como Kariakoo Derby, que toma su nombre del barrio habitado principalmente por la población negra y narrado por Ryszard Kapuściński en su obra maestra ‘‘Ébano’’. La bandera con el majestuoso rey de la selva es Simba –león en lengua swahili–; la antorcha superpuesta sobre un mapa de África es Yanga. El día del partido no existe la neutralidad en un país que se define tanzano por encima de tribus y etnias. Tal es la rivalidad que en varias ocasiones han salido a la luz apuestas que algunos seguidores hacen poniendo a sus mujeres como moneda de cambio, o desata pasiones como la de un seguidor que para este partido recorrió 400 kilómetros en bicicleta. Aunque para locura la de la hinchada de River Plate: viajó hasta San Martin de los Andes, a 1.575 kilómetros de Buenos Aires, para armar una caravana de vehículos de 7 kilómetros solo para dar la bienvenida al equipo en el arranque de pretemporada. Locura.
Pero para locura la del Liverpool. Ha cumplido un año sin perder en partido liguero, desde el 3 de enero de 2019 contra el City, y que le valió a la postre perder aquella Premier. Esta vez no parece que se le escape con la suficiencia con la que gana. Por cierto, el campeón de Andorra de la 1999/2000, el Constellació Esportiva, es el único equipo que ha ganado una liga afiliada a la UEFA sin perder un solo punto en el siglo XXI; eso sí, luego se las vio con el Rayo Vallecano en la UEFA y cayó por un global de 16-0. Un solo gol le bastó, en cambio, a Wayne Rooney para debutar, a sus 34 años, con el Derby County de la Segunda inglesa. Otro jugador a seguir...