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Siempre queda un resquicio para una sonrisa

En un momento y en un lugar en el que, por sobrados motivos, es tan fácil borrar la sonrisa de la cara de un niño, el artista palestino Ameer Abu Ghalioon se viste de payaso para tocar música bajo las ventanas de las viviendas en la dividida y ocupada ciudad de Hebrón, amenizando así el doble confinamiento que padece su población. Todos, pero sobre todo las niñas y los niños merecen disfrutar de la felicidad, la ilusión... y una sonrisa que borre la tristeza y el miedo.

Fotografía: Hazem BADER | AFP

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