El pacto del 16 de setiembre de 2013
Urkullu llegó a Ajuria Enea en diciembre de 2012 con un programa que prometía una consulta en 2015 y el PNV decidió gobernar en solitario. No pudo aprobar los presupuestos de 2013 y a punto estuvo de volver a las urnas, pero optó por buscar una alianza con Patxi López, el mismo que echó a Juan José Ibarretxe de Lehendakaritza de la mano del PP y de la ilegalización de la izquierda abertzale. Aquel pacto se firmó el 16 de setiembre de 2013, día en el que Iñigo Urkullu hizo toda una declaración de principios e intenciones: la firma suponía volver a la normalidad, la superación de los frentes. El lehendakari diseccionó la historia reciente de la CAV en periodos de quince años. Desde mediados de los 80 «se tejieron unas complicidades políticas para construir Euskadi desde la democracia y en base a valores compartidos». Fueron los años de las reconversiones, los GAL y el Pacto de Ajuria Enea. Aquello acabó en 1998, con Lizarra e Ibarretxe, y le siguió el pacto PSE-PP. Fueron, según Urkullu, años en los que primaron «más el enfrentamiento y la confrontación, y más la política de bloques y división, que la del diálogo y el debate en la búsqueda de consensos sólidos». Y con la firma del pacto con Patxi López se abrió «el tiempo de tejer complicidades desde la pluralidad, el trabajo común y el acuerdo». Pues eso.